El usuario es la razón de ser de una biblioteca. Los fondos, los servicios, los programas y las actividades se plantean y organizan en función de las demandas de su público. Sin embargo, esta estrecha relación entre biblioteca y usuario puede enriquecerse de forma significativa si se implica a este último en el día a día de la biblioteca. Este hecho, además, contribuye a favorecer su motivación y su fidelización.
El usuario como fuente de información
Hay muchas formas de recabar información sobre nuestro público: estadísticas de asistencia y participación en actividades, datos de préstamo…; sin embargo, la fuente de información más rica y completa es el propio usuario. Él nos puede dar información sobre sus gustos e intereses al tiempo que nos ayuda a perfilar los de otros niños o jóvenes de su entorno o los de otros usuarios de su misma edad.
Instalar buzones de sugerencias, hacer encuestas e intercambiar opiniones con los usuarios es una práctica muy recomendable en una biblioteca. Estos canales de retroalimentación han adquirido una nueva dimensión gracias a las nuevas tecnologías y a los nuevos medios de comunicación: el correo electrónico, las redes sociales… son herramientas de gran utilidad para mantenerse en contacto con los usuarios.
El usuario como colaborador
Convertir a un usuario en ayudante del bibliotecario es una propuesta que tiene mucho éxito cuando este se desenvuelve con cierta autonomía en la biblioteca, algo que se ha de fomentar a través de actividades de formación de usuarios. Entre las diferentes tareas que puede asumir tiene especial interés el que ayude a otros usuarios a encontrar lo que están buscando, les explique cómo funciona algún servicio, les invite a participar en alguna actividad…
Las recomendaciones de materiales de lectura entre iguales son también una buena estrategia para implicar al usuario en la dinámica de la biblioteca. Estas recomendaciones se pueden exponer, tomar forma en folletos o guías de lectura, incluirse en la página web de la biblioteca o en un blog.
El usuario como creador de contenidos
Ofrecer a los usuarios asesoramiento, ayuda o recursos para que elaboren contenidos aporta singularidad y riqueza a las dinámicas y los fondos de una biblioteca. Se puede constituir un grupo de consulta o estudio en el que los niños o jóvenes expongan sus ideas para el diseño de determinadas actividades o servicios; programar un concierto, una representación teatral o un micro abierto a su cargo; convocar un concurso de creación de carteles para promocionar la biblioteca o alguna de sus iniciativas; establecer un ranking de las mejores obras (libros, música, cine, juegos…) a partir de sus votaciones; ofrecerles espacios web en los que alojar sus creaciones (relatos, audiciones, vídeos…).
Una biblioteca es un espacio vivo que se trasforma con sus usuarios para mantenerse como su punto de referencia y encuentro en torno a la cultura.