Internet y las obras en formato electrónico están cada día más presentes en el día a día de niños y jóvenes, que de forma natural y espontánea se mueven en el entorno digital. Cuanto más conozcamos y nos familiaricemos con estos canales y productos electrónicos mejor podremos ayudarles a que los utilicen de una forma crítica en sus quehaceres personales o académicos.
Nunca hemos tenido tanta información y materiales de lectura a nuestro alcance, pero no hay que olvidar que no todo tiene el mismo valor. Para escoger entre toda esta inmensa oferta de materiales y recursos debemos fijarnos en:
· El propósito que persigue: esclarecer si la intención de la obra es entretener, ofrecer información, desarrollar alguna destreza, crear conciencia ante un problema, vender un producto, transmitir una opinión, etc.
· Cuál es su contenido: interesa conocer la naturaleza de la información, su alcance, si es exacta y confiable, clara, precisa, su nivel de dificultad y si está actualizada.
· Cómo está estructurado: reconocer la disposición de los contenidos, si las secciones están bien organizadas y si los elementos de navegación están adecuadamente señalados: botones, menú, páginas de datos, enlaces, etc.
· Los recursos multimedia: identificarlos y ver las relaciones que se establecen entre ellos: imagen fija y en movimiento (tipología, cualidades estéticas y pertinencia), sonido (narración, música y efectos sonoros) y texto (tipología, jerarquización, claridad).
· Sus características técnicas: conocer cómo funciona el recurso, la facilidad de instalación o la rapidez de carga, si su modo uso es intuitivo o requiere instrucciones, si funcionan adecuadamente los enlaces internos y externos.
· Los autores y productores: las personas o instituciones responsables de los contenidos, de su actualización o del mantenimiento si se trata de un sitio web.
· Qué le aporta al lector: valorarla adecuación al destinatario, tanto en su contenido como en la forma, y el grado de interactividad que ofrece; es positivo que el niño o joven pueda manipularlos: adelantar, retroceder, parar, subir el volumen, personalizar, etc.