¿El préstamo de libros disminuye su venta?

¿En qué medida el préstamo bibliotecario de libros complementa la venta de estos? ¿Sustituye este préstamo a la venta de libros? Estas son preguntas que plantea Eric Hellman en un post publicado en su blog Go to Hellman titulado “Book Lending Ignorance”. El autor cree que, con más de cuarenta mil millones de dólares al año de ventas en juego, se podría pensar que la industria editorial de Estados Unidos desearía saber todo lo posible acerca de cómo se generan las ventas de libros.

Dado que en las bibliotecas públicas de EE.UU. circulan más libros de los que se venden en las librerías, la industria necesita entender cuál es el papel que desempeñan las bibliotecas en pro de que la gente lea y compre libros. Por ello Herman esboza diversas preguntas relacionadas con este hecho: ¿Este papel que juegan las bibliotecas es grande o pequeño? ¿Las bibliotecas promueven o perjudican las ventas de libros? ¿Cómo cambian las ecuaciones cuando los libros se vuelven digitales?

Según Hellman, los editores realizan un buen trabajo de rastreo y recogida de datos de ventas, e invierten mucho dinero en averiguar qué libros se están vendiendo y quién los está comprando. De acuerdo con BookStats, un estudio cooperativo realizado por la Association of American Publishers (AAP) y el Book Industry Study Group (BISG), los estadounidenses compraron un promedio de 7,32 libros en 2010.

Por lo que respecta a las bibliotecas, se pueden extraer varios datos interesantes. El Institute of Museum and Library Services (IMLS) ha recopilado en el informe “Public Libraries Survey. Fiscal Year 2009” una gran cantidad de información sobre el impacto de las bibliotecas públicas. Según estos datos, el promedio estadounidense de libros prestados en las bibliotecas públicas fue de 8,1 en 2009.

Library Journal, el periódico británico dedicado al mundo de las bibliotecas, ha publicado recientemente la primera entrega de resultados del estudio “Patron Profiles”, un informe sobre los usuarios de la biblioteca. Según señala Hellman, en dicho estudio se revela que el 46 por ciento de los encuestados utiliza la biblioteca pública al menos de 2 veces al año. El informe muestra también una fuerte relación entre el uso de la biblioteca y la compra de libros. Por ejemplo, más de la mitad de los encuestados dicen comprar un libro de un autor cuyas obras ya había tomado prestadas de la biblioteca.

Como señala Hellman, esta es una cifra importante, teniendo en cuenta que el 20 por ciento de los encuestados nunca va a la biblioteca. Al mismo tiempo, la encuesta indica que hay una competencia entre lectura y préstamo. Los participantes en la encuesta que habían reducido la utilización de las bibliotecas afirmaron haber comprado 12,18 libros por año, mientras que los que aumentaron su utilización compraron sólo 10,9. Sin embargo, tal y como afirma el autor, lo que no se puede extraer de estos datos es la relación causa efecto. Como él mismo afirma, en tiempos en que la recesión tiene un gran impacto, es difícil saber si la gente que acude más a las bibliotecas podría comprar aún menos libros si éstas no existieran.

    

Según datos proporcionados en este artículo, las bibliotecas públicas de EE.UU. tienen un coste de alrededor de once mil millones de dó lares al año, y éstas desarrollan un gran trabajo para demostrar su valor a las comunidades a las que prestan su apoyo. Asimismo, tal y como apunta Hellman, estudios realizados para medir la actividad y el rendimiento de la inversión en bibliotecas, asignan gran parte del beneficio del gasto en éstas a la actividad de sustitución.

Por ejemplo, una encuesta realizada por la Biblioteca Pública de Denver determinó en 2009 que dicha biblioteca ahorró a su comunidad 105 millones de dólares gracias a la utilización de fuentes alternativas de información, y entregó un adicional de 5 millones de dólares, evitando así "el uso perdido" (lost use) de la misma, acción que no se hubiera producido si la biblioteca no hubiera existido. (Véase el informe “Public Libraries - A Wise Investment” [Bibliotecas Públicas – Una inversión Inteligente], elaborado por el Library Research Service de la Biblioteca Estatal de Colorado).

Hellman se pregunta si el 91 por ciento de los préstamos realizados en las bibliotecas se hubieran traducido en compras si éstas no existieran. Para el autor no hay ninguna evidencia de que esto sea cierto. Es más, según él, cualquier bibliotecario podría hablar de usuarios que, cuando se enamoran de un libro que toman prestado, compran la serie entera. No obstante, también hay usuarios que nunca compran un libro que pueden obtener en la biblioteca. Pero ¿y los lectores que nunca van a la biblioteca? Para Hellman las encuestas son una forma relativamente económica de recopilar datos, pero a menudo no reflejan el comportamiento real de las personas encuestadas.

El autor concluye que todavía se desconocen muchos datos sobre este tema, y sostiene que lo que no se ha realizado aún, es tratar de comparar y relacionar datos concretos sobre las ventas de libros y los préstamos de bibliotecas de una manera significativa. Sobre este asunto, Hellman ha publicado un post donde describe cómo un enfoque cooperativo intersectorial en la recogida y análisis de los datos relativos al libro, podría arrojar alguna luz sobre la industria de la lectura.


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