Martyn Daniels, editor y colaborador del blog FutureBook, analiza en un artículo cuáles son los principales retos a la hora de fijar los precios de los libros electrónicos. Para Daniels, el desafío es algo más sencillo cuando la oferta es nueva y no hay ninguna oferta anterior para compararla, o cuando la oferta precedente se retira. Sin embargo, el editor señala que en la actual evolución del mercado del libro electrónico, cuando la vieja oferta permanece junto con la nueva se puede generar confusión en la mente del comprador.
Este hecho puede provocar que le surjan diferentes cuestiones y el potencial comprador se pregunte: “¿Estoy comprando lo mismo o algo diferente? Es el valor de la nueva oferta mayor o menor que la de la vieja? ¿Soy un comprador, un arrendatario o un suscriptor? ¿Puedo modificar mis propios “derechos de propiedad”? ¿Cuál debe ser el nuevo precio en comparación con el anterior?”.

Para Daniels, existen una serie de factores a la hora d efijar los percios en los libros electrónicos, entre los que destaca:
- La variedad en cuanto a formatos. El editor estima que si analizamos en términos sencillos el mercado editorial actual podemos encontrar tres tipos de formatos: ediciones impresas de tapa dura, ediciones impresas en rústica y libros electrónicos. Daniels considera que podemos ver una reducción drástica de las unidades físicas producidas, pasando a ser vendidas en otra forma. Ante esta situación, el editor se pregunta cuál debería ser la relación de precios entre las ofertas de hoy y de mañana, y cuál es el subsidio cruzado que se produce cuando la cuota de libros electrónicos es mayor que la de los libros impresos. Además, ante el aumento de la cuota de libros electrónicos, Daniels se pregunta por el impacto económico sobre el modelo de libros impresos, los ingresos netos y la estructura de recompensa al autor.
- El mercado de la biblioteca pública. Considera que la biblioteca es un factor de desafío en la fijación de precios del libro electrónico porque, según estima este editor, a diferencia de los libros impresos, los libros electrónicos no se desgastan aunque se presten más. Por consiguiente la biblioteca no necesita reemplazar los eBooks. A este respecto, Daniels alude al enfoque adoptado por HarperCollins, que restringe las licencias de préstamo a los distribuidores de libros electrónicos a 26 veces por título, y una vez llegado a los 26 préstamos, la licencia caduca y debe renovarse. El editor destaca que, según esta política, cuanto más éxito tenga un título más dinero habrá que pagar a HarperCollins. Daniels también menciona el modelo de fijación de precios para bibliotecas adoptado por Random House, basado en el incremento en el precio, que en algunos casos llega a suponer el trescientos por cien de subida, noticia de la que ya se ha informado en Lectura Lab.
Para el editor, lo interesante del problema acerca de la fijación de precios en las bibliotecas es que podría tener ramificaciones mucho más amplias, como señala ya está pasando con los nuevos servicios de alquiler y préstamo de libros electrónicos.
Según Daniels, otros factores como el sector del mercado, los distintos canales de distribución, la geografía, o el valor percibido por los compradores, también podrían ejercer cambios en la producción digital e influir en el precio del producto.
El artículo completo en inglés puede leerse en este enlace.