Los problemas de los iPads en el aula: coste excesivo y desconcentración en los alumnos

¿Llegará un momento en el que los alumnos estudien en el aula sólo con un iPad? Parece ser que no, por lo menos a corto plazo. Esta es una de las conclusiones principales que se recogen en el artículo de Sharon Noguchi Will Apple create the all-iPad classroom? [¿Creará Apple el aula “sólo” iPad?] aparecido en la página web MercuryNews.com.

Aunque parece una opción muy atractiva –todos los alumnos con su iPad estudiando con los libros interactivos y deslumbrantes que Apple proporciona– hay toda una serie de inconvenientes que harán que esta visión no se haga realidad por lo menos en un breve período de tiempo.

En primer lugar, señala Sharon Noguchi, es necesaria una inversión en tecnología enorme, en un momento como el actual en el que los presupuestos cada vez son más ajustados. También es necesario que los docentes reciban una preparación específica, además de convencer a muchos de ellos de los beneficios de estos nuevos dispositivos. Por último, y quizá lo que más incomoda a los docentes –y no es el precio del dispositivo– es el hecho de que la escuela tenga que comprar cada año el software de los libros de texto, uno libros que nunca poseerán.

Cuando se le pregunta al gigante de la manzana si está considerando la opción de reducir el precio de iBook en compras al por mayor, continúa Sharon, una de sus portavoces contestó: “el precio es de quince dólares y ¿usted está pidiendo un descuento?”.

Ann Dunkin, directora de tecnología del Distrito Escolar Unificado de Palo Alto y una entusiasta de Apple, desconfía del plan de iBook: “Se están suicidando. La mayoría de los distritos van a optar por salirse de este modelo y todo el mundo adoptará los libros de texto de código abierto, los cuales son gratuitos”. Le da igual si un libro de texto electrónico es mejor, en su opinión la gente va a seguir comprando libros en papel.

Hay colegios en los Estados Unidos que están a favor y otros en contra de la adopción total de estos dispositivos, según muestra Sharon Noguchi en su artículo.

Muchos han incluido el iPad en sus aulas, aunque no el iBook 2 de Apple, ya que casi todos los libros de tapa dura traen una edición electrónica. Otra opción que se contempla son los libros de texto en abierto y gratuitos, lo cual no supondría ningún desembolso para el centro.

Hay docentes que apuestan por este dispositivo ya que permite a los alumnos tomar anotaciones y buscar palabras o datos en tiempo real sobre un libro que se está tratando en clase. Incluso hay profesores que buscan información, muestran ejemplos concretos en páginas web, o revisan tareas que se han mandado para casa de una forma ágil y sencilla a través del iPad.

Pero otros, incluso algunos del distrito federal de Palo Alto, no están tan a favor de su utilización. Muchos profesores no permiten que sus alumnos utilicen el iPad en clase, en parte porque se conectan a Facebook o a otras redes sociales: “estos dispositivos no ayudan a nuestros niños a estar en las aulas, sino todo lo contrario”. En el caso de adolescentes –un grupo de edad que no se caracteriza especialmente por tener todavía un control sobre sus impulsos– el acceso a dispositivos con conexión a internet se presta a continuos momentos de emoción, ansiedad, o preocupación que pueden tener lugar durante la clase.

 


 


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