¿Si al consumidor no le importa el coste de hacer un eBook, lo relevante es el valor percibido?

Los editores siguen defendiendo el precio que tienen los libros electrónicos con el argumento de que hacer la versión electrónica de un libro cuesta más de lo que la gente piensa. El escritor, novelista y diseñador de juegos Chuck Wending asegura que a la gente le resulta irrelevante lo que pueda costar hacer o distribuir un libro electrónico, lo que importa en su opinión es lo que los consumidores están dispuestos a pagar.

Wendig publica este comentario en su blog terribleminds.com que Mathew Ingram recoge y analiza en un artículo aparecido en la página web Gigaom.

Los editores defienden con firmeza el que los libros electrónicos tengan el precio que tienen. La editorial Penguin ha señalado que los principales costes en la confección de un libro recaen en los anticipos a los autores, las campañas de marketing y otros gastos de apoyo, gastos que también se aplican a los eBooks. En este sentido, Chuck Wending afirma que “producir libros electrónicos cuesta más de lo que usted cree. Se paga a los editores, el diseño de la cubierta y por supuesto por el libro en sí. La mecánica de poner todo esto en un mismo recipiente no suma los mayores costes. Por tanto, los eBooks van a tener un coste muy parecido al de sus homólogos físicos”.

También señala que a los consumidores no les importan los costes editoriales, y no están dispuestos a pagar más simplemente porque un editor argumente que su contenido lo merece. "Lo que importa es el valor que se percibe de un libro electrónico", tal y como señaló Jenn Webb en un artículo aparecido en O´Reilly Radar.

Otro aspecto que analiza Wending en su artículo es qué es lo que se obtiene cuando se compra un libro electrónico frente a un libro impreso. En la mayoría de los casos lo que se hace es “alquilar el contenido”, ya que no se puede ni vender, ni tampoco es posible prestárselo a otra persona. En los casos más extremos, continúa, proveedores como Amazon pueden eliminar el libro de un dispositivo sin el permiso del comprador. “Un libro electrónico es un producto digital, efímero e intangible. A veces ni siquiera tenemos acceso al mismo eBook en forma de archivo. […] Usted lo compra. Está dentro de su dispositivo. Pero si Amazon decide que usted no lo necesita más, en un abrir y cerrar de ojos, su libro ha desaparecido” –añade.

En definitiva, según Mathew Ingram, no existe una conexión real entre lo que cuesta la producción del contenido y lo que la gente quiere pagar, y eso “no cuadra siempre con los modelos de negocio existentes”. El analista cree que los editores están equivocados al mantenerse tan apegados a ciertos modelos de negocio que eran los apropiados en un mundo diferente. Existen evidencias, concluye, según las cuales si los precios bajan lo suficiente, las ventas pueden subir, por lo que plantea “¿Por qué no dejar que los precios de los libros electrónicos floten y ver dónde acaban?”.

 


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