Brewster Khale, fundador del Internet Archive y Rick Prelinger, activista, escritor y director de cine, han publicado conjuntamente un artículo en la página Technology Review que está a cargo del MIT, en el que advierten del peligro de centralizar todo el saber en una pocas “bibliotecas monolíticas”, ahora que los libros son accesible a través de la red.
La centralización, argumentan los articulistas, puede llevar al control de precios, a la censura, a la falta de privacidad del lector y a la resistencia a los innovadores. Aseguran estos especialistas que se necesitan editores, libreros, autores, lectores y bibliotecas que trabajen juntos, de tal manera que se pueda conseguir un sistema de distribución editorial y unas bibliotecas que se asemejen a la idea de la “Red de redes”.

Los tribunales, señalan Brewster Khale y Rick Prelinger, acabaron con un intento de ciertas bibliotecas de fama internacional y de Google, de construir una colección masiva de libros electrónicos. La propuesta se basó en crear un sistema de concesión de licencias colectivas, el Book Rights Registry [Registro de Derechos de los Libros], según el cual se otorgarían licencias en exclusiva para Google de aquellos libros que no hubieran sido reclamados por ningún autor o editor. En estos momentos, se añade en el artículo, algunos defensores de la Digital Public Library of America (DPLA) están promoviendo una acción legislativa que según creen estos especialistas, puede que conduzca a un sistema de concesión de licencias colectivas similar al propuesto.
Según el modelo que se defiende en este artículo, todas las bibliotecas podrían prestar eBooks, de la misma manera que prestan libros físicos, sin tener que depender de bases de datos centralizadas. En estos momentos, señalan, no es difícil prestar libros de forma digital, como se ha podido demostrar con las tecnologías que emplean compañías como Netflix y Amazon.
A través de Internet Archive, explica su fundador, usuarios de miles de bibliotecas pueden pedir prestados más de doscientos mil libros comprados y escaneados de forma gratuita. A medida que este archivo adquiere libros electrónicos, añade Brewster, necesita escanear los ya existentes. “Escaneamos mil libros al día en treinta -explica- y unas bibliotecas repartidas en siete países con los fondos que conseguimos de bibliotecas y fundaciones”.
Los centros de digitalización como los que se encuentran en la Biblioteca Pública de Boston y la Biblioteca del Congreso, procesan miles de libros al día. Las bibliotecas que trabajan con Internet Archive, comenta su fundador, ya han puesto más de dos millones de libros de dominio público en línea para descargarlos de forma gratuita, prestarlos o para que los utilicen aquellas personan que no pueden leer libros impresos.
En su opinión, ahora es el momento de construir una biblioteca en línea accesible para todo el mundo. Con el fin de igualar a la Biblioteca Pública de Boston y a las universitarias de Yale o Princeton, se necesitan diez millones de libros. Estos especialistas estiman que se podrían adquirir en unos cuatro años por unos ciento sesenta millones de dólares. El DPLA, continúan, podría ayudar a construir este tipo de sistema bibliotecario. En definitiva, si se trabaja en conjunto -defienden los articulistas- se puede lograr un acceso universal al conocimiento siguiendo las lecciones positivas de Internet y la “Red de redes”.