Una visión general de las demandas que han surgido a nivel mundial por la fijación de precios de los eBooks puede apreciarse en una infografía que ofrece
la página web estadounidense Popular Soda. Las demandas han tenido lugar a raíz de la batalla emprendida contra Apple y los cinco grandes grupos editoriales, por su comportamiento colusorio en lo referente a los precios de los libros electrónicos.
En Europa, la Comisión Europea lanzó una investigación antimonopolio contra Apple y otras cinco grandes editoriales. Las acusaciones se interpusieron contra Macmillan, bajo el nombre de su empresa matriz Verlagsgruppe Georg von Holtzbrinck, y contra Hachette bajo el nombre de su editorial principal, Hachette Livre. Joaquín Almunia, comisario de Competencia de la UE, dijo que la Comisión Europea había recibido propuestas de futuros compromisos por parte de Apple y de cuatro de las editoriales internacionales. Penguin no ha planteado ningún acuerdo.
El Parlamento Australiano quiere realizar una investigación para determinar por qué a los consumidores australianos les cuesta mucho más que a sus homólogos estadounidenses descargarse contenido a través de la red. El ministro de Comunicación australiano, Stephen Conroy, ha ordenado esta investigación que podría derivar en una profunda caída de los precios en todo el país. Aunque Australia no ha comenzado ninguna acción contra los demandados, su Parlamento no descarta tomar acciones futuras.
La primera acción colectiva que se realizó en Canadá, la interpuso Norman Painchaud en el Tribunal Supremo de Quebec. Otros juicios le siguieron en Ontario y la Columbia Británica, pero sólo el emprendido en Quebec ha recibo la aprobación para seguir adelante.
Además de lo ocurrido en el Estado de Nueva York ante la demanda interpuesta por el Departamento de Justicia, y del que ya se ha dado cuenta en Lectura Lab, otros dieciséis estados y Puerto Rico están presentando cargos a través de sus fiscales generales. Los estados de Connecticut y Texas parecen haber llegado a un acuerdo con Simon & Schuster, HarperCollins y Hachette. También parece posible que estas tres editoriales hagan lo mismo con los otros cincuenta estados restantes. Según esta resolución, estas editoriales darán por terminado sus acuerdos con Apple y otros minoristas y tendrán prohibido durante dos años establecer nuevos acuerdos que restrinjan la posibilidad a los minoristas de ofrecer descuentos u otras promociones a los consumidores.