Waterstones, la mayor cadena de librerías del Reino Unido, ha firmado un acuerdo con Amazon para vender en sus tiendas su producto estrella, Kindle, además de otros servicios relacionados con este dispositivo. Laura Hazard Owen y Martyn Daniels ofrecen su opinión sobre esta nueva alianza que en general no consideran favorable para Waterstones.
El director general de esta cadena de librerías, James Daunt, ha hecho público que espera que esta unión refuerce y complemente las particularidades de sus librerías. Por su parte Jeff Brezos, director ejecutivo de Amazon, manifestó en un comunicado su satisfacción tras el acuerdo, ya que en su opinión “no existe un socio mejor para aunar la lectura digital y las librerías físicas”.
En un artículo de Martyn Daniels publicado en el blog FutureBook, este señala que lo que esta cadena de librerías está entregando a Amazon no es su futuro digital en términos de ventas, sino algo más importante: sus clientes. Daniels cree que pensar en una estrategia para retener el negocio físico a expensas del digital es algo no sólo cuestionable sino demasiado ingenuo.
Hoy en día, Waterstones no cuenta con datos sobre sus clientes, como por ejemplo quién ha entrado en su tiendas, qué buscaba, qué compró o incluso si ya había entrado en alguna de sus librerías anteriormente, a menos que estos tuviesen una tarjeta de fidelidad y la usasen. Amazon, en cambio, registrará todos estos datos. La utilización de esta información de forma proactiva será lo habitual en el futuro, asegura Daniels, y es lo que esta cadena de librerías está entregando al gigante editorial. La información con la que contará Waterstones, asegura este periodista, es quién ha comprado un Kindle, su primera compra y poco más, pues el resto de los datos los manejará Amazon. “El acuerdo no reside en realidad en lo digital o en lo on-line –en opinión de Daniels– sino en saber a ciencia cierta qué quieren tus clientes, no lo que tú crees que quieren”.

Laura Hazard Owen, en un artículo aparecido en PaidContent, se centra también en el asunto de los clientes como pieza clave en este acuerdo. En primer lugar manifiesta sus dudas sobre cómo Waterstones “hará dinero” con este acuerdo. Los términos, dice, no se han revelado aunque parece que la cadena de librerías recibirá una parte por cada Kindle que venda en sus tiendas.
Pero lo que verdaderamente le preocupa a esta periodista es el hecho de que los clientes directos de Waterstones pasen a ser de Amazon. Algo que según comenta, le recuerda a un trato que hizo la cadena de librerías estadounidense Borders con este gigante empresarial. “Para cuando Borders había terminado su acuerdo, seis años más tarde –recuerda Hazard Owen–, había perdido años en la gestión de su propia estrategia digital y había puesto a sus clientes justo en las manos de Amazon”.
Lo que a esta periodista le sorprende es lo que señala FutureBook cuando en un artículo informa de que la página de esta librería ya le había servido de negocio a Amazon hace tiempo, desde el año 2001 al 2006.
En unas declaraciones hechas por Daunt a The Bookseller, manifestó que su futuro está en los libros físicos, en su venta y en todas las cosas que se generan en torno a ellos. Quizá, apunta la analista, ese puede ser el futuro de la cadena de librerías, pero la estrategia no funciona tan bien si la mayoría de los lectores ven que el futuro está en los libros electrónicos. “Y ya sabemos que la apuesta de Amazon es en lo digital” –concluye Hazard Owen.