A tres de cada cuatro escuelas del Reino Unido les preocupa el bajo rendimiento de los niños en la lectura, aunque todavía no se ha establecido ninguna estrategia nacional para abordar este problema, según revela un informe realizado por la organización National Literacy Trust. Asimismo, en 2011 sesenta mil niños británicos no lograron alcanzar el nivel de lectura esperado a la edad de 11 años.
El informe The Boys’ Reading Commission, dirigido por la Comisión del Grupo Parlamentario sobre Alfabetización del Reino Unido [All-Party Parliamentary Literacy Group Comisión], y elaborado por National Literacy Trust, revela que los niños muestran mayor tendencia que las niñas a manifestar que prefieren ver la televisión a la lectura (de un 62 a un 45 por ciento); que es mayor el número de niños que de niñas que no encuentran libros que les interesan (de un 30 a un 23 por ciento), y que los niños tienen menos probabilidades de recibir libros como regalo que las niñas (un 79,7 frente al 85,3 por ciento).
La investigación también pone de manifiesto que los textos que los niños leen en la escuela, así como la forma en que se enseña y evalúa la lectura, son variables que influyen en el rendimiento de los niños, según informa Caroline Horn en The Bookseller.

Asimismo, el informe revela que ya a la edad de 5 años los chicos muestran más retraso en la lectura que las chicas, aunque esta diferencia aumenta durante su tiempo en la escuela hasta la edad de 16 años, cuando un 14 por ciento más de chicas que de chicos obtiene el aprobado en el certificado de enseñanza secundaria de Inglés [General Certificate of Secondary Education].
En el informe, la comisión hace una serie de recomendaciones al Gobierno británico, como la conveniencia de desarrollar un manual de prácticas eficaces para mostrar a las escuelas cómo promover la lectura entre los chicos; favorecer el apoyo escolar a la lectura por placer y no sólo a la lectura mecánica; facilitar que los niños tengan acceso semanal a modelos masculinos de conducta que fomenten la lectura, el desarrollo de iniciativas familiares para ayudar a madres y padres, y en especial a estos últimos, a apoyar el desarrollo de la alfabetización; y soporte bibliotecario para los chicos que tienen menos posibilidades de recibir refuerzos en su lectura en casa.
Gavin Barwell, presidente de la comisión, ha declarado que “nuestro informe muestra que la brecha en cuestiones de género no es biológica y por tanto no es inevitable”.
Asimismo, Barwell sostiene que, aunque no hay ninguna solución mágica, “promoviendo la lectura por placer, garantizando que los profesores sean conscientes de los materiales de lectura más atractivos para los niños, logrando que nuestras bibliotecas se centren en aquellos chicos que están más rezagados en lectura, asegurándose que los padres entiendan su papel como modelos de lectura a seguir, consiguiendo voluntarios que ejerzan de modelos masculinos de lectura en nuestras aulas, y utilizando los medios de comunicación para cambiar las percepciones de género respecto a la lectura, podemos cerrar la brecha”.
El informe Boys’ Reading Commission está disponible (en inglés) en el siguiente enlace.