La Comisión Europea ha puesto en marcha un procedimiento de infracción contra Francia y Luxemburgo después de que los dos países bajaran de manera unilateral el IVA que se aplica a los libros electrónicos. La CE ha acusado a estos países de “crear graves distorsiones de la competencia” que están dañando a competidores de otros países de la Unión Europea. Philip Jones recoge esta noticia en un artículo publicado en The Bookseller.
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Esta medida, informa Jones, puede afectar a librerías digitales como Amazon.co.uk que vende ediciones para su Kindle fuera de Luxemburgo, lo que le permitiría aplicar un IVA del tres por ciento en lugar del veinte por ciento vigente en el Reino Unido.
La Comisión, continúa el periodista, ha enviado cartas de requerimiento a estos países después de haber empezado a aplicar un impuesto reducido a los eBooks a partir del uno de enero de este año, lo que infringe la normativa comunitaria. Francia y Luxemburgo cuentan con un mes para explicar sus posiciones, y se les podría pedir cambiar sus leyes, de lo contrario tendrían que enfrentarse a otros procedimientos de infracción. El país galo dijo con anterioridad que su gobierno no iba a pagar ninguna multa impuesta por la CE, aunque desde entonces, señala Jones, ha sufrido un cambio en su administración.
Resulta paradójico, señala este periodista, que la Comisión esté presionando para conseguir los cambios que estos dos países han propuesto, cuando se prevé que se presenten el próximo año una serie de propuestas destinadas a igualar el IVA que se aplica en los libros tradicionales con los de formato digital, ya que se ha reconocido que la situación actual es anómala. El siguiente cambio, continúa el articulista, está previsto para 2015, cuando el impuesto de los libros electrónicos se pagará conforme a la localización del comprador y no en relación al lugar en el que esté establecida la empresa que los vende.
En una declaración de prensa que ofreció la CE, se explicó que los “actores locales” en el mercado de los libros electrónicos se habían quejado de que algunas compañías dominantes en el mercado habían reorganizado sus canales de distribución para beneficiarse de este impuesto reducido, lo que había afectado gravemente a la venta de libros –tanto los tradicionales como los digitales– en los otros estados miembros durante el primer trimestre del 2012.