(Re)Definiendo la biblioteca. Parte 2. ¿Cómo?

 El director interino de la biblioteca J. Willard Marriott de la Universidad de Utah, Rick Anderson, analiza los objetivos de una biblioteca en relación a los fijados por la institución de la que depende, en un post que publica en el blog The Scholarly Kitchen. Se trata de la segunda entrega de una serie de artículos titulados (Re)Definiendo la biblioteca. El primero abordaba el porqué y en este se ocupa del cómo las nuevas formas de comunicación académica están cambiando el papel de las bibliotecas. (Véase Lectura Lab).

Anderson sostiene que son dos las funciones principales que ha de cumplir toda biblioteca:

1. Con sus colecciones de préstamo y sus servicios públicos apoyan las actividades intelectuales diarias de la organización en la que se enmarcan. Anderson expone varios ejemplos. En el primero un municipio establece una biblioteca pública con el fin de ayudar a sus ciudadanos a realizar sus tareas privadas y públicas: escolares, de investigación personal, de lectura recreativa, etcétera; en otro una universidad abre una biblioteca académica para apoyar el aprendizaje, la enseñanza y la investigación en su comunidad educativa; y por último, una corporación crea una biblioteca con el fin de facilitar el trabajo de sus empleados, etcétera.

2. El autor afirma que con las colecciones llamadas tradicionalmente ‘especiales’ las bibliotecas crean una especie de ‘archivo documental permanente’. A su juicio, la importancia y la centralidad de esta función varía enormemente de una biblioteca a otra, dependiendo de las necesidades de la institución patrocinadora. Esto, indica Anderson, puede dar lugar a controversia si existen desfases entre los deseos de la institución anfitriona (dispuesta a pagarlos) y lo que los bibliotecarios creen que la institución debe desear y pagar.

Anderson se interroga también sobre cómo deben actuar los diferentes tipos de bibliotecas para cumplir con estas dos funciones básicas, teniendo en cuenta el cada vez más complejo e imprevisible entorno informativo en el que realizan su trabajo. Partiendo de esta cuestión, el autor propone la siguiente taxonomía básica de tipos de bibliotecas y sus funciones:

  • Biblioteca del Patrimonio Cultural (Library of Cultural Heritage). Aquella que se encarga de la conservación del patrimonio cultural e intelectual de todo un país, región, o grupo étnico. Anderson sostiene que mientras que este tipo de biblioteca puede ofrecer recursos indispensables para los investigadores, su objetivo principal es conservar y preservar la colección y, en segundo lugar, facilitar la investigación. Asimismo, puede que carezca de colección de préstamo, o que el préstamo sea altamente restringido con el fin de maximizar la permanencia y estabilidad de la colección. En este tipo de biblioteca, según señala el autor, habrá poca o ninguna diferencia entre las colecciones generales y las especiales, ya que su colección tiene más en común con las colecciones especiales de la mayoría de las grandes bibliotecas que con la colección de una biblioteca de investigación típica. Anderson asegura que una biblioteca de patrimonio cultural tenderá a crear colecciones digitales en lugar de comprar el acceso a colecciones digitales creadas por otros.
  • Biblioteca de Investigación del Patrimonio Intelectual (Research Library of Record). Es una biblioteca normalmente financiada por una gran universidad o, en algunos casos, por un municipio grande, con una colección de préstamo ampliamente inclusiva y relativamente estable. Su objetivo, afirma Anderson, es satisfacer las necesidades de una gran variedad de estudiantes y académicos al documentar, de la manera más exhaustiva posible, el patrimonio intelectual de la cultura de un país. Se caracteriza, indica el autor, por disponer de un importante presupuesto para la creación de su colección y para la dotación de personal, que incluye a expertos bibliográficos en una variedad de disciplinas, muchas de ellas pertenecientes al campo de las humanidades. Según señala Anderson, el acceso a la colección de préstamo puede ser limitado, incluso si el organismo patrocinador es una entidad pública. Asimismo, señala, una parte importante de su colección de consulta consistirá en el acceso en línea a contenidos digitales. Además, sostiene el bibliotecario, invariablemente tendrá colecciones especiales, y amplias colecciones de préstamo.
  • Biblioteca de Investigación de Utilidad (Research Library of Utility). Es una extensa y completa biblioteca que, no obstante, se caracteriza por tener una colección de préstamo cambiante a la que se van incorporando libros en función de las necesidades del plan de estudios, las limitaciones de espacio físico, y los programas de investigación de su comunidad. Anderson señala que, aunque la composición de la colección reflejará los focos curriculares y de investigación de la institución, también incluirá documentos seleccionados de una amplia gama de campos académicos. Asimismo, este tipo de biblioteca proporcionará acceso a amplias colecciones en línea y contará con un área de colecciones especiales. Según indica el autor, la mayoría de las medianas y grandes bibliotecas universitarias entrarían en esta categoría.
  • Biblioteca Universitaria de Utilidad (Academic Library of Utility). Es una biblioteca universitaria o académica con una colección específica y dinámica. El objetivo primordial de esta biblioteca, revela Anderson, es facilitar el estudio diario, la docencia y la investigación en el campus. Su colección, afirma, es más un nodo para el acceso a los contenidos que un fondo permanente de contenidos. Según señala, algunos de estos contenidos serán propiedad de la biblioteca, pero muchos otros solo serán comprados cuando los soliciten. Asimismo, en algunos casos, ‘comprar’ podría significar "obtener un acceso permanente para la comunidad", mientras que en otros, significaría "adquirir acceso de forma temporal para la comunidad o permanente para el solicitante”. En esta categoría estarían incluidas las bibliotecas de escuelas universitarias, las bibliotecas de universidades de artes liberales y las bibliotecas escolares.
  • Biblioteca Pública. Según declara el autor, con la excepción de unas pocas bibliotecas públicas que son también bibliotecas de investigación del patrimonio intelectual, este tipo de bibliotecas sirve casi exclusivamente a las comunidades definidas por la geografía política, en vez de apoyar la misión académica. Anderson afirma que rara vez su cometido es apoyar la investigación, y en cambio suelen apoyar la lectura recreativa, la investigación eventual o personal, los programas de educación primaria y secundaria, y las necesidades de su ámbito comunitario.
  • Biblioteca restringida. En esta categoría estarían incluidas las bibliotecas de las diferentes agencias gubernamentales, sociedades comerciales, organizaciones sin fines de lucro, hospitales e institutos de investigación. Según Anderson serían tres las características que definen este tipo de bibliotecas:
    • Su colección y los servicios que ofrece se centran en las necesidades de trabajo diario de los miembros o empleados de la organización.
    • Tienen como finalidad fomentar los objetivos corporativos de una organización patrocinadora.
    • Están abiertas sólo a aquellos formalmente afiliados a la organización.


 


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