Los editores norteamericanos se avienen a un acuerdo con Google

La Association of American Publishers (AAP) [Asociación de Editores Norteamericanos] y Google han llegado a un acuerdo para resolver el litigio relativo a la digitalización de contenidos para el proyecto Google Library. El acuerdo, que pone fin a siete años de contienda, establece que las editoriales estadounidenses podrán decidir libremente si permiten o no que sus obras formen parte de la colección de materiales digitalizados por la compañía tecnológica para su programa de biblioteca virtual Google Library. Asimismo, las editoriales que opten por dejar que sus productos formen parte de la base de datos de Google tendrán la posibilidad de solicitar una copia digital para su uso.

El objetivo del proyecto Google Library es, según declara la compañía, "facilitar la búsqueda de libros relevantes, especialmente aquellos que no se pueden encontrar de ningún otro modo como, por ejemplo, libros descatalogados, sin infringir los derechos de los autores y editores".

Sin embargo, este acuerdo entre ambas partes, tal y como informa Andrew Albanese en un artículo para Publishers Weekly, ha dejado a un lado cuestiones como la violación de los derechos de autor y el uso apropiado de los materiales sujetos a estos derechos. Tom Allen, presidente y director ejecutivo de APP, ha declarado a este periódico que “fundamentalmente, hemos llegado a un acuerdo que no resuelve los problemas legales, pero en la práctica se han resuelto nuestras diferencias con Google”.

Albanese sostiene que aunque el anuncio de este acuerdo se esperaba desde septiembre de 2011, el hecho de que los editores hayan abandonado la lucha penal representa un avance significativo. Según revela el periodista, James Grimmelmann, profesor de derecho de la Universidad de Nueva York, ha declarado al respecto que “las editoriales han aceptado la transición digital en los libros”. “Google y las editoriales han hecho las paces en los últimos años –afirma Grimmelmann– y esto es sólo la ceremonia de firma del tratado. Google es ahora actor y socio en este ecosistema, en lugar de ser una presencia peligrosa y perjudicial”.

El enfrentamiento legal entre AAP y Google comenzó en octubre de 2005 cuando cinco editoriales estadounidenses (McGraw-Hill, Pearson Education, Penguin Group, John Wiley & Sons, y Simon & Schuster) demandaron a Google al considerar que la digitalización de sus libros violaba las leyes de derecho de autor. Google, por su parte, declaró que su digitalización era de uso legítimo. La posición de ambas partes sobre las principales cuestiones relativas a los derechos de autor resultaron ser tan irresolubles que en 2008, junto con la Asociación de Autores, se elaboró un acuerdo que eludía el problema del copyright, pero ese acuerdo fue rechazado en marzo de 2011.

Según afirma Albanese, las cosas han cambiado considerablemente desde que se inició la demanda. El caos que predijeron los editores no se ha producido y las ventas de libros electrónicos representan un porcentaje significativo de los ingresos de las editoriales. Por otra parte, Jonathan Band, abogado especialista en propiedad intelectual, sostiene que las editoriales “han invertido mucho tiempo y dinero en luchar contra algo que ahora saben que realmente no es un problema y que no impide el desarrollo de un sólido mercado de libros electrónicos".

El recorrido desde la base de datos de Google a su librería virtual, sostiene Albanese, probablemente no será un proceso sencillo para los editores que mantienen sus productos en la base de datos de la plataforma. Según el acuerdo, Google se compromete a proporcionar a los editores participantes que lo soliciten, copias digitales de sus libros digitalizados para su propio uso, lo que según Tom Turvey, director de relaciones estratégicas de Google, otorgará a las editoriales amplios derechos de explotación.

Sin embargo, Albanese afirma que las editoriales todavía tendrán que resolver sus propias situaciones respecto de los derechos de autor de sus libros antes de ponerlos a la venta. Y además, afirma, son muchos los libros descatalogados que carecen de disposiciones de derechos digitales en sus contratos, un problema que hay que añadir a otros muchos relacionados con los derechos de autor a los que deben hacer frente editores y autores en la transición digital.

Por otra parte, Albanese afirma que, a pesar del acuerdo, la batalla legal respecto de la digitalización de obras por parte de Google dista mucho de haber terminado puesto que continúa el litigio que la compañía aún mantiene con el Sindicato de Autores de Estados Unidos (Authors Guild).

Según revela el periodista, Paul Aiken, director ejecutivo de este gremio, ha declarado que “Google sigue beneficiándose del uso de millones de libros protegidos por derechos de autor sin tener en cuenta los derechos de autor. Asimismo, afirma Aiken, “nuestra demanda colectiva en nombre de todos los autores norteamericanos continua su curso”.

 

 


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