Evaluación sobre lo que funciona en el aprendizaje combinado en los EE.UU.

Muchos colegios estadounidenses se están acercando al aprendizaje combinado, es decir, aquel en el que se mezcla la educación virtual con la presencial. Numerosos docentes han investigado y modificado muchas de las características de este método con el propósito de encontrar el equilibrio. Esto ha dado lugar a distintos modelos, que son analizados en un artículo publicado en la página web EdNews, de  Colorado.

Susan D. Patrick, presidenta y directora ejecutiva de la Asociación Internacional para el Aprendizaje on-line en Secundaria (iNACOL), cree que se necesita investigar más para determinar la eficacia de este tipo de aprendizaje y determinar qué prácticas y modelos son los que mejor han funcionado, así como identificar para qué tipo de estudiantes. “Cuanto más sabemos sobre los distintos modelos de aprendizaje combinado para secundaria, más conscientes somos de que no sabemos todo lo que hay”–sostiene Susan D. Patrick.

Michael B. Horn, cofundador del Instituto Innosight de San Mateo en el estado de California, y su equipo publicaron un libro blanco en el que se ofrecen definiciones actualizadas de los distintos tipos de modelos de conocimiento combinado. En esta actualización se reducen las seis categorías iniciales a cuatro:

  • Modelo de rotación: Los estudiantes rotan dentro de un horario fijo o de uno que ha dispuesto el docente por distintos aprendizajes en línea.
  • Modelo flexible: El contenido y las instrucciones se entregan a través de internet, los estudiantes se mueven en una programación de aprendizaje fluida e individual mientras que el profesor está presente.
  • Modelo auto-combinado: Los estudiantes eligen coger uno o más cursos en línea para complementar sus lecciones presenciales. El profesor es el que se encuentra en línea.
  • Modelo virtual enriquecido: Dentro de un mismo curso, los estudiantes dividen su tiempo entre asistir a las aulas tradicionales del campus y las virtuales, que son en las que se entrega el contenido y las instrucciones.

Judy Burton, presidenta y directora ejecutiva de Alliance College-Ready Public Schools en Los Ángeles, lleva tiempo experimentado con un modelo combinado de rotación, en el que un grupo de cuarenta y cinco estudiantes rotan entre un grupo de trabajo, cursos on-line e instrucciones recibidas en clases presenciales. Dentro de esta experiencia, uno de los aspectos que más llama la atención, es el hecho de que los docentes y directivos de colegios no salen preparados de las universidades para este tipo de modelo. “Proporcionar formación a los docentes y administrativos –afirma Burton– es necesario para que estos programas tengan éxito”.

Otro elemento de éxito dentro de estos modelos educativos es contar con una estrategia clara y específica. Cheryl Niehaous, encargada de los programas de la Fundación Michael y Susan en la localidad estadounidense de Austin, añade que además de tener una visión clara, es necesario estar dispuesto a cambiar o ajustar la visión durante la implementación del programa. “Tener una planificación por adelantado es fundamental, pero al mismo tiempo, es preciso aprender a lo largo del camino y tener flexibilidad para hacer los cambios que sean precisos” –señala Niehaous.

Hay coincidencias sobre la necesidad de que se reinventen las aulas, según el artículo. Diane Tavenner, fundadora y directora ejecutiva de Summit Public Schools, ha podido comprobar a partir de proyectos de educación combinada que se pusieron a prueba con estudiantes de matemáticas en institutos de San José en el estado de California, que esta forma de enseñanza ha abierto todo un mundo de posibilidades, pero esto no quiere decir, añade Tavenner, que se produzca un cambio fundamental en la aulas de la manera en la que se espera que ocurra.

En este modelo, los maestros trabajan en equipo y no de forma individual. Los estudiantes crean sus propios horarios, asisten a los seminarios que les son más útiles. Cuando un alumno se considera lo suficientemente preparado realiza un examen y en caso de aprobarlo pasa al siguiente tema. En caso de suspenderlo, una evaluación le explica en qué temas debería centrarse para mejorar.

Esta labor implica mucho trabajo y en ocasiones puede dar la sensación de caos, comenta Tavenner, pero a menos que las organizaciones escolares adopten una nueva configuración, no van a progresar.

 


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