Opiniones variadas sobre el nacimiento de Penguin Random House

El nacimiento de Penguin Random House como resultado de la fusión de los dos gigantes editoriales Pearson y Berteslmann ha generado opiniones y comentarios de todo tipo sobre el impacto y las consecuencias que puede provocar en el contexto de la agitada y cambiante industria editorial.

Entre ellas, la opinión de Nick Harkaway en FutureBook, el blog de The Booksellers sobre novedades en la industria editorial, es que la fortaleza de la nueva entidad queda mejor equiparada a los colosos Apple y Amazon ya que "la sombra del Pingüino –en alusión al logo de Penguin– se proyecta sobre casi una cuarta parte de los libros publicados en los EE.UU. y el Reino Unido".  
 
Harkaway considera que esta es "una porción lo suficientemente decente del iceberg editorial". De todos modos señala que la disparidad del peso específico de la nueva Penguin Random House "misteriosamente coincide con la diferencia entre un pingüino y un oso polar".
 
En cifras esto significa que el valor de 3 mil millones de dólares que alcanza ahora la nueva empresa todavía está muy alejado de los 550 billones que vale Amazon, los 220 de Google o los 100 de Amazon. Siguiendo con su comparación zoológica, Harkaway sostiene que los osos editoriales son pésimos comunicadores en internet, un hueco que bien podrían aprovechar los pingüinos, si consiguen rentabilizar la inercia de la marca para hacer una buena gestión de contenidos y lograr una presencia única y reconocible.

 
Por su parte, Jason Allen Aslock, en la web Mediashift, plantea interrogantes sobre lo que significa la fusión para editores, autores y lectores.
 
Respecto de los editores señala que incluso el caso de una fusión compleja como la de Pearson y Berteslmann es simple en algunos aspectos: los costes se reducen, la cuota de mercado se incrementa y la rentabilidad se restaura o mejora. Cuando dos grandes empresas se unen –dice– muchas sinergias son posibles, y teniendo en cuenta que cada uno de los seis grandes grupos editoriales es a su vez producto de numerosas fusiones y adquisiciones previas, "se puede apostar que ellos rápidamente serán identificados y aprovecharán al máximo las eficiencias".
 
No obstante, llama la atención sobre la consabida reorganización de personal que acarrea siempre una fusión y que afecta por lo general "a los soldados de infantería" junto con el espacio y la logística.
 
Advierte que la nueva compañía seguirá siendo una pequeña fracción de frente al tamaño de los gigantes tecnológicos y de venta minorista de libros, que son actores cada vez más dominantes en la edición. Sin embargo señala que en una negociación con los gigantes el único tamaño que importa es el que se refiere al libro en sí. Y en esa escala, la combinación Penguin Random House representa la propiedad sobre una cuarta parte del total del mercado mundial del libro.
 
Por eso Aslock señala que si Amazon, Nook o Apple quieren tener contentos a sus clientes, tendrán que evitar encontronazos y jugar en un campo más nivelado con este nuevo gigante que según la lista de best sellers de The New York Times tienen gran parte de los autores que prefieren los lectores.
 
En cuanto a autores y agentes, Allen compara esta situación con la que se ha dado en la industria de la música, donde hay menos editores y por consiguiente menos oportunidades para los nuevos autores. De todos modos cree que atendiendo a experiencias de fusiones anteriores, es probable que los sellos mantengan cierta autonomía como para competir unos con otros.
 
Pero ¿qué pasa con los lectores? Allen  se pregunta de nuevo si ocurrirá lo mismo que con la música, sector cuatro discográficas controlan el noventa por ciento del mercado de la música del mismo modo que los seis grandes editores lo hacen con el terreno del libro.
 
Otro asunto se relaciona con lo que puede ocurrir con el aumento de precios de los libros electrónicos, las condiciones draconianas aplicadas a las bibliotecas y las estrategias restrictivas para la gestión de derechos digitales (DRM), comportamientos de los editores que puede augurar un futuro igualmente infeliz para los libros.
 
Por último Allen  se refiere a la consolidación a la que puede verse obligada la industria editorial para equilibrar el poder de distribución y venta al por menor cuyo efecto es la desintermediación de los editores.
 
En ese aspecto, arriesga que otra consolidación podría tener sentido, que para acelerar la construcción de su red de ventas, Penguin Random House se fusionara con Barnes & Noble que no es algo tan delirante como parece ya que hasta hace poco Bertelsmann poseía una parte de Barnes & Noble, y quizá podría volver a tenerla dentro de poco.
 
Por otra parte, Seth Fiegerman en el portal Mashable sobre el negocio tencnológico y el mundo editorial, trae a colación la opinión del analista Michel Norris, de la consultora Simba Information en cuanto a que al juntar fuerzas ambas compañías puede reducir costos y liberar fondos para invertir en otras áreas como la edición digital.
 
También señala que al aumentar la cantidad de contenidos que ofrecerán a los clientes Penguin Random House podrá recabar más datos sobre lo que funciona y lo que no en digital. "Después de todo eso es lo que ha hecho grande a Amazon" –subraya.
 
 
 

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