Peter Osnos, antiguo periodista de The Washington Post y fundador de Public Affair Books, rompe una lanza en favor de la buena adaptación que están realizando las editoriales en el convulso mundo del sector editorial. En un artículo aparecido en The Atlantic, reconoce que independientemente de lo que pueda estar pasando con la forma en la que se producen o distribuyen los libros, la calidad y variedad de los títulos hacen que el número de escritores y lectores esté aumentando considerablemente.
En un artículo de Colin Robinson aparecido en The Guardian, este editor independiente afincado en Nueva York, señala que las ventas se están estancando, los márgenes de beneficio se encuentran amenazados por los grandes descuentos y la caída de los precios y la distribución de los compradores de libros se dividen entre aquellos que se decantan por los bestsellers y los que eligen títulos de poca tirada. Las recomendaciones que realiza son de sentido común, comenta Peter Osnos: hacer especial énfasis en la selección, la fijación de precios, el uso efectivo de internet y un enfoque en los lectores a los que habrá que dedicarles un esfuerzo especial para llegar a ellos directamente a través de los medios sociales.
Pero no todo el mundo está de acuerdo con estas afirmaciones, evidencia Osnos. Es el caso de Jeremy Greenfield, director editorial de Digital Book Work, que cree que en el mundo de las editoriales hay algunas que lo están haciendo mejor que otras, pero eso no quiere decir que sea una industria que se esté agitando. En su opinión se trata de un periodo de transición que se está realizando mejor de lo que se podía esperar.

Las cifras hablan por sí mismas, destaca Osnos. Así por ejemplo, según la Asociación de Editores de los Estados Unidos (APP) las ventas aumentaron un trece por ciento y en concreto las de libros electrónicos subieron algo más de un treinta y cuatro por ciento. “Si tenemos en cuenta que fue con la llegada de Kindle de Amazon en 2007 cuando empezaron a despegar los eBooks, el ritmo es impresionante” –comenta Osnos.
En esta ocasión son empresas como Apple, Google y Microsoft las que protagonizan una lucha de gigantes por conseguir el dominio en las ventas de hardware, software y contenidos. En una entrevista en la BBC, el director ejecutivo de Amazon confesó que la empresa no conseguía ningún beneficio en la venta de sus dispositivos, a lo que añadió el dato de que los clientes que se habían comprardo un Kindle leían cuatro veces más que antes y no dejaban de manejar libros en formato papel. Para Osnos la estrategia del gigante de Seattle está clara, impulsar los márgenes de beneficio mediante duras negociaciones con los editores, cuya dependencia con esta compañía, como su único proveedor, es cada vez mayor.
Así como antes la competencia entre los editores tradicionales pasaba por acaparar la atención de los lectores con idea de vender el mayor número de libros posibles, ahora las editoriales deben enfrentarse al inmenso poder y al alcance de los gigantes tecnológicos y adaptarse a su influencia.
Aunque este editor confiesa que los cambios son grandes, el mayor reto al que se enfrentan las editoriales sigue siendo el mismo: encontrar y apoyar las obras de calidad y trabajar en estrecha colaboración con los autores para identificar y llegar a sus lectores de todas las formas posibles.