Andrew Rhomberg, fundador de Jellybooks, analiza en un artículo publicado en Digital World Book los datos de una encuesta realizada a casi mil quinientos lectores de Reino Unido por Oliver & Ohlbaum Associates. Con la referencia de cifras concretas, cuestiona el atractivo que pueden tener los servicios de suscripción para los editores de eBooks.
Según las estadísticas obtenidas, un sesenta y uno por ciento de los lectores estaría dispuesto a pagar hasta cinco libras por este tipo de servicio, un tercio pagaría diez libras, un cinco por ciento entre diez y quince libras, y uno de cada cien pagaría entre diez y quince libras libras al mes. Niguna de las personas encuestadas pagaría más de veinte libras al mes. En resumen, y aunque a los lectores les encanta la idea del “Spotify de los libros”, la mayoría de ellos no están dispuestos a pagar por él más de lo que pagan por estar suscritos a Spotify (cinco libras al mes con anuncios o diez sin ellos).
A partir de estas cifras, Rhomberg desgrana los gastos a los que se enfrenta el editor que ofrece este tipo de servicio y llega a la ilustrativa conclusión de que una editorial pequeña, con un uno por ciento de cuota de mercado, tendría un beneficio de tres mil libras al mes por todo su catálogo si contara, nada más y nada menos, con un millón de suscriptores. Los autores, por su parte, obtendrían unas ganancias de siete libras y media al mes. En definitiva, se mire por donde se mire, por ahora no salen las cuentas.