El programa Roku permite obtener contenido en streaming para el préstamo bibliotecario

La Biblioteca Pública de Ephrata (EPL), en el Estado de Pensilvania, comenzó hace un año un programa en el que se prestaban descodificadores Roku a sus usuarios. Debido al éxito cosechado con ese servicio, la biblioteca se plantea adquirir más equipos, según explica Matt Enis en un artículo publicado en The Digital Shift.

El reproductor Roku es un dispositivo de televisión con conexión a internet que permite a los usuarios ver programación transmitida por la red, directamente en sus televisores sin necesidad de ningún ordenador.

La directora ejecutiva de esta biblioteca, Penny Talbert, comenta que la primavera pasada compraron dos descodificadores por unos cincuenta dólares cada uno, poco más de treinta y cinco euros. También se pagó la suscripción a canales como Netflix, Hulu Plus, TED, la BBC y otras fuentes. A efectos comparativos, explica Talbert, el gasto invertido en este proyecto es menor que el que cualquier biblioteca tendría que pagar por adquirir contenido para otros formatos. “Muchos libros electrónicos, audiolibros, o una temporada de una serie de televisión en DVD, cuesta más que un Roku” –explica–.

El programa de préstamo de estos dispositivos parece un recurso importante ante la preocupación que tienen muchas bibliotecas por la cantidad de contenidos que se lanzan sólo en streaming. Este es el caso de la serie House of Cards, que se ha lanzado solo en streaming a través de Netflix. Muchos de estos contenidos, comenta Enis no estarán disponibles ni siquiera en medios físicos como los DVDs.

Cuando los usuarios realizan el préstamo reciben el descodificador, el mando a distancia y los cables necesarios para enchufarlo a la televisión. La biblioteca también ha colgado un vídeo explicativo en su web en el que se pueden seguir los pasos para la correcta instalación. Su directora ejecutiva comenta que hasta el momento los clientes no han necesitado ninguna otra ayuda adicional.

Pero no todo son alabanzas. Este servicio también presenta una serie de inconvenientes, comenta el periodista, como por ejemplo que al prestar un Roku durante una semana, disminuye la circulación de otros materiales como los DVDs. Para ver las películas en streaming, continúa, es necesaria una conexión de banda ancha, que muchos usuarios no tienen en sus casas. Y por ultimo, también surgen ciertas dudas legales sobre si la biblioteca al prestar este tipo de programas no estará violando las condiciones de servicios de compañías como Netflix. Según Talbert, una vez leída toda la documentación, está convencida de que la EPL no incumple ninguna ley, ya que estos dispositivos no se emplean para transmitir contenido dentro de la biblioteca.


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