Otro formato, que genera otros hábitos de lectura, y que promueve el uso de nuevos espacios para hacerse con un libro podría ser la secuencia de realidades encadenadas que, desde la perspectiva del lector, define el escenario en el que se mueve la lectura en el contexto digital. Así lo corrobora, en un ámbito concreto –el infantil y juvenil– la reciente investigación realizada por Bowker en el marco de su portafolio de estudios de mercado: la progresiva penetración del ebook en este segmento está afectando la forma en que se descubren y se compran los libros para niños.
Publishers Weekly resume las principales conclusiones de este trabajo, Understanding the Children’s Book Consumer in the Digital Age [Entendiendo al consumidor de libros infantiles en la era digital] en un artículo que firma Jim Milliot.
Las librerías y las bibliotecas, explica el estudio, han perdido parte de su protagonismo como lugares donde los niños y sus padres descubren libros, los compran o los toman prestados. Muestra, además, que la lectura sigue siendo una apetecible fuente de entretenimiento para los niños y los adolescentes. A pesar de las muchas distracciones que pone a su alcance lo digital (el artículo menciona entre otras los populares YouTube y Facebook), entre los sujetos participantes hay un cuarenta por ciento de niñas y casi un treinta por ciento de niños que afirmaron leer libros por diversión con mucha frecuencia.
PREFERENCIAS DE FORMATOS

En cuanto a formatos, y a pesar del creciente impacto que tiene el libro electrónico en el mercado infantil, los lectores siguen consumiendo un volumen importante de material impreso. Así, más de una tercera parte de los padres de niños con edades entre siete y doce años se manifiestan convencidos de que sus hijos prefieren los libros físicos.
El colectivo adolescente ejemplifica claramente la mismas circunstancias ya que comparando datos estadísticos de los mismos períodos en los años 2012 y 2011, el conjunto de los lectores que compraron libros de Amazon aumentó seis puntos porcentuales, mientras que el porcentaje de adolescentes que utilizaron libros de la biblioteca se redujo en cuatro puntos, y en tres los que los adquirieron en Barnes & Noble. En cuanto a la lectura de ebooks, el incremento se cifra en siete puntos, siendo este un aumento favorecido por la generalización del uso de teléfonos inteligentes y de tabletas electrónicas. Estos y otros datos cuantitativos aparecen explicitados en el artículo a través de diversas gráficas.
Las previsiones a futuro, de acuerdo con el estudio, vaticinan una progresiva y paulatina derivación del hábito lector hacia el soporte electrónico. Uno de cada diez encuestados lo señalan como su formato de libro preferente.