Un informe encargado por The National Reading Campaign (NRC), el plan nacional de lectura de Canadá, resalta los muchos beneficios que reporta a la sociedad el disponer de un amplio sector de población lectora: mayor civismo, empatía social y mejora del desarrollo cognitivo y académico del conjunto de los ciudadanos. En el informe de resultados de la investigación se pondera, por un lado, el impacto de la lectura en la sociedad canadiense; y por otro, se identifican los medios que hay que poner en marcha para fomentar la lectura en el país, incluyendo las recomendaciones emitidas por la propia NRC. El estudio se publica bajo el título Towards Sustaining and Encouraging Reading in Canadian Society y el análisis e interpretación del estudio corre a cargo de Sharon Murphy, profesor asociado de la Universidad de York en Toronto.

Nicolas Gary, director de la publicacion francesa ActuaLitté, destaca en un artículo como conclusión global del informe que la lectura es buena y repercute positivamente en todos los sectores de la sociedad. Contrastando las opiniones de este analista y la propia síntesis que del estudio se hace desde The National Reading Campaign, se pueden señalar estos aspectos esenciales del informe:

• Respecto al ámbito familiar, se desprende la evidencia de que las edades tempranas son cruciales para asentar la relación del niño con el libro y la lectura. Sharon Murphy destaca que los padres se convierten en punto de referencia esencial para los hijos y que estos establecen sus hábitos a partir de los modelos que les ofrecen. A la hora de compartir la lectura en el hogar parece que las madres desarrollan un papel primordial, según el estudio. Esto podría explicar, según Murphy, que las niñas sean más lectoras que los niños, que vieron leer menos a sus padres, y que se muestran más desafectos a los libros.
• En cuanto al ámbito académico, los resultados muestran una caída de la lectura por placer y un progreso de los alumnos en relación con la lectura. Igualmente se pone de manifiesto que el sistema educativo no aprovecha lo suficiente ni los materiales de ficción, ni otros recursos como artículos de periódicos o revistas, así como tampoco los que se ofrecen en línea. A partir del estudio la NRC recomienda a la escuela diversificar las fuentes de lectura. La obligatoriedad unida a la restricción de opciones se revela como un elemento desmotivador para el alumno y frente a ello se constata que el hecho de dar a los estudiantes el control sobre la elección de lo que leen les anima a leer más.
• En la esfera social, el informe estima que "A pesar de que la lectura se considera típicamente como una actividad solitaria, la lectura y la pertenecía a un grupo identificado con un autor o una colección de libros tiene beneficios sociales directos a través de la interacción social". El lector manifiesta que le gusta estar frente a un libro y hablar después con otros, socialización que se potencia hoy a través de las comunidades y redes sociales virtuales que ofrecen nuevas formas de compartir libros y lecturas. En el caso de los adolescentes en particular, la importancia del trabajo en grupo se revela como un componente clave para el fomento de la alfabetización. Igualmente, la lectura se asocia con el cultivo de la participación ciudadana en general y el desarrollo de una conciencia cultural colectiva. 

Los resultados del estudio de la NRC están referidos a la sociedad canadiense, pero fácilmente pueden extrapolarse a otras sociedades, y las recomendaciones bien pudieran servir para orientar y encauzar planes de fomento de la lectura en otras áreas geográficas, tras la evidencia de los beneficios que la lectura trae para el lector y la sociedad en su conjunto, una "mayor comprensión de sí mismo, la revalorización de las relaciones sociales, un mayor bienestar, la mejora del desarrollo cognitivo y una mayor disposición a participar en la vida social".

El informe completo del estudio está disponible en este enlace: Towards Sustaining and Encouraging Reading in Canadian Society.