Delegados de World Intellectual Property Organization (WIPO) se han reunido en Marrakech (Marruecos) para negociar una propuesta de tratado para mejorar el acceso a la lectura a personas ciegas. Mientras que para muchos este acuerdo es simplemente esencial, muchos grupos que mantienen la titularidad de los derechos de autor se mantienen escépticos.
El propósito de este tratado, explica Kevin L-Smith en un artículo publicado en Library Journal, es exigir a cada país que adopte limitaciones y excepciones en sus leyes de copyright que permitan que los materiales con derechos de autor sean accesibles para todas aquellas personas que tengan cualquier discapacidad.

La WIPO es la encargada de desarrollar y administrar el marco jurídico internacional de la propiedad intelectual. Este marco se basa en los tratados que describen la forma en la que las leyes de copyright deberían armonizarse en todos los países miembros. Pero hasta ahora –comenta Smith–, esta armonización se ha centrado más en las leyes que en las limitaciones y excepciones.
Aquellos grupos que ostentan la propiedad de los derechos de autor tienen miedo a este tratado y creen que cualquier excepción podría desencadenar una tendencia. Alan Adler, de la Asociación Americana de Editores (AAP), se muestra contundente y manifiesta su desconfianza sobre la posibilidad de que las naciones en vías de desarrollo puedan utilizar de forma responsable estas excepciones para las personas ciegas. Por tanto, continúa, para evitar un Armagedon en la ley de los derechos de autor, todos los grupos que ostentan la propiedad de los derechos de autor han manifestado su oposición a todos los tratados internacionales que surjan en esta materia.
El presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, ha hablado en multitud de ocasiones sobre la importancia de la lectura y la educación, pero sus delegados no se muestran tan conformes con las excepciones en las leyes de los derechos de autor para ayudar a las personas con discapacidad –explica Smith–, por lo que la administración se ha opuesto en principio a este tratado.
Con este encuentro en Marrakech, se pretende que la administración dé un paso atrás y se reafirme en los valores fundamentales de la educación, la lectura y los servicios que ofrecen las bibliotecas. Si finalmente se aprueba este acuerdo –afirma Smith–, saldrán beneficiadas las personas ciegas, las bibliotecas podrán ofrecer más servicios básicos y la ley de derechos de autor se verá más cercana al interés público.