La privacidad e internet es uno de los temas más recurrentes últimamente. Como era de esperar, la conferencia anual de la American Library Association (ALA) no se iba a quedar al margen de algo que concierne tanto a las bibliotecas como es su papel en cuanto a la protección de datos de sus usuarios. Un artículo de Matt Enis publicado en The Digital Shift, presenta alguna de las reflexiones que surgieron durante la ponencia LITA Top Techonology Trends 2013.

Brewster Kahle, fundador de Intenet Archive comentó que cualquiera puede hacerse con los datos de los libros que compra la gente a través de Amazon, por consiguiente es necesario que las bibliotecas den un paso más allá y se encarguen de asegurar el anonimato de sus usuarios. Borrar la IP para proteger la privacidad de la gente que visita una página web puede ser algo complicado de hacer aunque no imposible. Además –añade–, una solución también podría ser dar direcciones de correo electrónico a la gente y aunque no resultaría más fácil filtrar el spam, se aseguraría cierta privacidad.
Por su parte –agrega–, Gary Price, fundador y editor de FullTextReports.com e infoDOCKET, señaló que los bibliotecarios deberían dar información a sus usuarios sobre las políticas de privacidad de sus proveedores. Por ejemplo –explica–, si un lector toma prestado un título a través de la plataforma de OverDrive y utiliza un Kindle, Amazon mantiene un registro de esta transacción y la asocia con el dispositivo del usuario. Es posible, comenta, que a muchas personas esto les de igual, pero para aquellos que esperan que los datos que recopila la biblioteca sean privados, deberían contar por lo menos con esta información y que supieran que los que retiene un tercer deben eliminarse manualmente. Por tanto –concluy–, no se trata tanto de un tema de privacidad como de transparencia.
Para finalizar, el artículo presenta la experiencia de Aimee Fifarek, subdirector de la Biblioteca Pública de Phoenix, en el proyecto que realizó con la Biblioteca digital de Arizona. Éste consistió en la creación de plataformas de contenidos digitales y de libros electrónicos que permiten a las bibliotecas adquirir y gestionar el contenido a largo plazo e incluir licencias perpetuas de pequeñas editoriales, editores locales y autores que autoeditan sus obras.