Kickstarter e Indiegogo se han convertido en dos alternativas para aquellas librerías con problemas de liquidez que quieran iniciar o ampliar su negocio. Judith Rosen presenta algunos casos reales de librerías que se han apuntado a estas campañas de crowdfunding o micromecenazgo en un artículo publicado en Publishers Weekly.

Relata casos en los que gracias a estas campañas se consigue el dinero que se necesita con rapidez, pero no siempre es así. La librería Harris de libros antiguos y de ocasión, en el estado de Carolina del Norte, no consiguió ni un apoyo en sus dos primeras semanas, pero eso no sirvió para desilusionar a su propietario, quien explica a Rosen que aunque de momento no tenga todo el dinero para abrir una librería, al menos ha conseguido que cada vez más gente conozca su caso.
En el estado de Arizona, otra librería inició una campaña de crowdfunding. En un primer momento estimó que se necesitarían unos ochocientos mil dólares, pero al final recaudó la nada despreciable cantidad de noventa y un mil dólares. Según ha manifestado Gayle Shanks, uno de los propietarios, lo que se ha conseguido con esta campaña en Indiegogo es que se pueda construir la tienda, que es lo que en principio buscaban los clientes. La mayor parte de la financiación –continúa– es posible que tenga que venir de prestamos o de inversiones realizadas por los socios de la tienda.
Otra librería que menciona Rosen es la de Michelle Baron, dueña de Book House en Missouri, un establecimiento con veintiocho años de antigüedad, que ya ha realizado dos campañas consecutivas con Indiegogo y una con Kickstarter. En opinión de esta librera, no existe una competencia directa entre ninguna de las dos páginas, aunque reconoce que muchos libreros independientes se oponen a Kickstarter porque está asociada a Amazon para realizar los pagos. A nivel personal decidió elegirla por que su alcance es mucho mayor.