Los editores se enfrentan al problema del espacio para presentar sus libros. El número de librerías ha disminuido y el mayor minorista de libros del mundo, es decir Amazon, no tiene ningún espacio físico. Ante esta situación David Vinjamuri, presidente de ThirdWay Brand Trainers y columnista de Forbes, propone la colaboración de las casas editoriales con las bibliotecas y que éstas se conviertan en el escaparate de sus títulos.

Aunque en un principio la relación entre ambos era complementaria, la situación actual es bastante diferente –comenta Vinjamuri en un artículo publicado en Publishers Weekly. En los años cincuenta las bibliotecas eran clientes indispensables para los editores, pero en la actualidad apenas si representan un uno por ciento de sus ventas.
Hoy –continúa– existen pocos mecanismos para la construcción de las marcas: el boca a boca, la publicidad, las promociones y el visual merchandising o marketing visual. Los editores son hábiles en la utilización del boca a boca y han visto en los medios sociales una herramienta primordial para propagar las recomendaciones de libros. También son expertos –añade– en promociones, pero los presupuestos destinados a la promoción de títulos nuevos son bastante reducidos, por lo que el marketing visual sigue siendo su punto débil.
En los años ochenta las grandes superficies supusieron un escaparate para los libros, pero en los últimos años y con la desaparición de muchas librerías, este escaparate ha disminuido considerablemente. El gigante minorista cuenta con un inventario ilimitado, pero tal y como indica Vinjamuri, el tamaño de la pantalla no lo es. Es por lo tanto, en su opinión, cuando las bibliotecas aparecen como opción para suplir esta falta de espacio.
Aunque todavía hay editores que creen que las bibliotecas canibalizan la ventas, no promocionan a los autores y sus usuarios no compran libros, estos son mitos que la industria editorial debería eliminar.
Las bibliotecas son mejores espacios físicos para los libros en muchas comunidades y existen razones por las que los editores y las bibliotecas deberían colaborar:
- En los Estados Unidos las bibliotecas son la institución que goza de una mayor confianza entre los ciudadanos, tal y como mostró una encuesta realizada en 2012 por Pew Research Center.
- Son expertas en libros. Es más, esta es la primera razón por la que la gente va a las bibliotecas
- Sus recomendaciones de libros son más eficaces que las que puede proponer Kindle.
- Los lectores de biblioteca son los que compran los libros más caros.
- El merchandising funciona a la perfección en las bibliotecas.
En definitiva –concluye Vinjamuri– ante la disminución del espacio para la venta de libros las bibliotecas tienen todas las herramientas para tomar el relevo.