Cómo mostrar la biblioteca y sus servicios
Dar a conocer a los niños los servicios de la biblioteca y enseñarles a desenvolverse en ella de manera autónoma constituye un primer paso del proceso instructivo para formar ciudadanos capaces de acceder de manera eficaz a la información y al conocimiento.
La biblioteca es el centro de recursos ideal para que niños y jóvenes adquieran destrezas y habilidades en el uso y tratamiento de la información. Dar a conocer sus servicios y enseñarles a desenvolverse en ella de manera autónoma constituye un primer paso del proceso instructivo para formar ciudadanos con competencias en Alfabetización Informacional, capaces de acceder de manera eficaz a la información y al conocimiento.
¿Qué se pretende al dar a conocer la biblioteca y sus servicios?
- Transmitir a niños y jóvenes el concepto y la filosofía de biblioteca, para que la conciban como un espacio de encuentro en torno a la cultura que pone a su disposición un gran abanico de posibilidades formativas, informativas y lúdicas.
- Proporcionar destrezas y competencias a los usuarios para que se manejen con mayor autonomía en la biblioteca.
- Dotarlos de habilidades para que sean capaces de detectar sus necesidades informativas y sepan cómo satisfacerlas.
- Establecer un lazo de unión y compromiso entre la biblioteca y los usuarios, que favorezca la fidelización y el trato más personalizado.
- Socializar la biblioteca, abrirla al mundo, fomentar y ofrecer igualdad de oportunidades para toda la comunidad.
¿Qué aspectos fundamentales de la biblioteca se deben mostrar?
- Las secciones, la organización, el funcionamiento y los recursos: fondo bibliográfico y audiovisual, servicios, programas, actividades, etcétera.
- Se debe instruir a los usuarios en el manejo de las herramientas de búsqueda, los archivos de información propios (catálogos y bases de datos) y los sistemas de clasificación para que puedan descifrar los códigos y localizar con facilidad los materiales de lectura en las estanterías
- Enseñarles a aprovechar la variedad y las particularidades de las distintas fuentes documentales impresas y digitales, para hallar, procesar y reelaborar información de manera ética y eficiente.
¿Cómo se puede realizar de una forma eficaz?
Mediante programas diseñados específicamente para dicho propósito. Estos se deben integrar en la planificación y el funcionamiento habitual de la biblioteca como un servicio permanente más.
A la hora de llevarlos a cabo se recomienda:
- Utilizar una metodología activa y participativa, en la que niños y jóvenes sean protagonistas de su propio aprendizaje y adquieran competencias practicando, resolviendo pruebas e interactuando con los materiales de lectura, las diversas fuentes de información, las herramientas de búsqueda, etcétera.
- Incorporar elementos lúdicos como factor de motivación. Emplear propuestas de juego, de descubrimiento y demostración, aderezadas con dosis de humor, intriga y misterio.
- Crear propuestas que fomenten el trabajo en grupo, favorecedor del conocimiento compartido, el apoyo mutuo, el sentido de colaboración y el intercambio de ideas y opiniones entre los participantes.
- Acompañar los programas con materiales diversos, para llevarlos a cabo de un modo más eficaz y atractivo: apoyo de medios audiovisuales y de las TIC, proyecciones de vídeos, pruebas interactivas, elementos distintivos (chapas, gorras, tarjetas personalizadas, etcétera)
Como complemento a estos programas, conviene utilizar otras estrategias que refuercen sus objetivos y que están relacionadas con el funcionamiento de la biblioteca; por ejemplo:
- Insistir día a día en la capacitación continua: ayudarles a localizar información y materiales de lectura, pero explicándoles siempre el proceso de búsqueda, para que progresivamente sean más autosuficientes. Contar con recursos como tutoriales, páginas de ayuda o breves instrucciones que informen sobre el modo de usar los distintos recurso puede ser de gran ayuda.
- Disponer en la biblioteca de una correcta y precisa señalización con carteles, indicaciones de las secciones, la organización, los sistemas de clasificación, horarios, anuncios de actividades, etcétera, facilita la labor del bibliotecario y favorece la autonomía de los usuarios.
Este tipo de estrategias contribuye eficazmente a que los niños y jóvenes hagan un uso óptimo de los servicios y un mejor aprovechamiento de los recursos, al tiempo que se preparan para convertirse en ciudadanos competentes en la sociedad de la información.
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