Cómo organizar el espacio y la colección en una biblioteca escolar

El espacio y los fondos son elementos fundamentales para proyectar una imagen de apertura y de permanente disponibilidad de la biblioteca escolar hacia alumnos y profesores. Su organización, por tanto, debe estar orientada a facilitar el acceso a los materiales y a la información en ellos contenida.

La biblioteca escolar está constituida por un espacio en torno al que se asienta la colección, de la que deriva una serie de servicios, tres piezas de un engranaje que mueve y dinamiza un equipo de responsables.

El espacio y los fondos son elementos fundamentales para proyectar una imagen de apertura y de permanente disponibilidad de la biblioteca escolar hacia alumnos y profesores. Su organización, por tanto, debe estar orientada a facilitar el acceso a los materiales y a la información en ellos contenida.
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Nuestros usuarios se encontrarán más cómodos en la biblioteca si…
·       el espacio resulta acogedor, confortable y atractivo, es accesible y pueden moverse en él con libertad, de forma autónoma.
·       las secciones se ubican de forma acertada, distribuidas en zonas de ruido y calma, según su uso, y cuentan con fondos y mobiliario adecuado.  
·       la organización de la colección es lógica y amigable, permite el acceso directo a los diversos materiales y hace posible encontrar fácilmente lo que se busca.
·       se cuenta con una buena señalización, visible, clara y que ayude a identificar rápidamente las distintas secciones y los apartados donde están los fondos.
·       se presenta el fondo de forma dinámica, se combinan los estantes con mobiliario auxiliar y se destacan en expositores distintos materiales.
 
Existen diferentes opciones para agrupar y ofrecer el fondo de la biblioteca, que en muchos casos se utilizan de forma combinada:
 
Ø La clasificación Decimal Universal-CDU
Resulta útil para organizar los materiales de no ficción asignándoles una secuencia numérica a partir de una tabla sistemática que agrupa las materias en categorías del 0 al 9. Para hacer la clasificación más intuitiva y adaptarla a las diferentes edades, cada número puede ir acompañado de un icono y un lema representativo.
Ø La clasificación por géneros
adecuada para obras de ficción, utiliza un código alfabético: (C) para cuentos, (N) para novelas, (P) para poesía y (T) para obras de teatro. Podemos introducir variaciones en los indicadores para adaptarlos a otro tipo de material, como por ejemplo utilizar (TBO) para los cómics. En cada apartado las obras se ordenan por secuencia alfabética de autor/título.
Ø La clasificación por materias
Permite adaptarse a los gustos de los niños y jóvenes, de manera que la ordenación de las obras facilite al lector acceder, de una forma inmediata, a los materiales que le interesen. Ejemplos: las obras de literatura se pueden organizar por humor, misterio, fantasía, aventuras, etcétera y las obras informativas, por bloques temáticos como informática, naturaleza, astronomía…
Ø La clasificación por edades
Orienta a los lectores sobre los libros más adecuados para cada nivel, teniendo en cuenta su capacidad de comprensión, su interés por determinados temas, etcétera. Las etiquetas de colores en el lomo de los materiales son una forma muy eficaz para marcar los distintos niveles lectores.
 
Una opción muy útil para llamar la atención del usuario hacia un tipo de libros son los centros de interés, una alternativa complementaria a las clasificaciones convencionales que consiste en agrupar un determinado grupo de materiales en razón de un tema de especial interés, un acontecimiento de actualidad, un tipo de obras u otros aspectos que se quieran destacar:
El valor de la biblioteca escolar es, en definitiva, el uso que los alumnos y profesores hagan de ella, de sus espacios, de sus recursos y de los servicios que ofrece.
 
Abrir los espacios y eliminar las barreras entre los usuarios y el fondo documental nos ayudará a construir una biblioteca mejor para toda la comunidad educativa.

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