Según Constanza Mekis, coordinadora Nacional de Bibliotecas Escolares/CRA del Ministerio de Educación de Chile, los Centros de Recursos para el Aprendizaje (CRA) son una forma más compleja y más completa de gestionar la biblioteca tradicional.
El CRA –añade– es el lugar del establecimiento escolar donde se centraliza la mayor cantidad de recursos con los que pueda contar la escuela o liceo para el desarrollo y formación de sus alumnas y alumnos.
Ahí se encuentran materiales, impresos, audiovisuales, instrumentales –concretos y digitales– cuya primera función es estar siempre disponibles para toda la comunidad escolar, ya sean estudiantes, docentes, apoderados o funcionarios.
Las bibliotecas escolares recibieron el nombre Centros de Recursos para el Aprendizaje al concretarse un proyecto que comenzó en 1994, cuando el gobierno de Chile, en un trabajo conjunto con el Banco Mundial, encaró la necesidad de crear un entorno óptimo para el nuevo currículum. El proyecto pretendía redimensionar el papel que hasta entonces habían tenido las bibliotecas en Chile, a través de la implementación de bibliotecas escolares para la educación media.
Mediante el programa MECE-Media se llevó a cabo la creación o la actualización de bibliotecas en cada uno de los planteles educativos subvencionados de Chile y se propuso promover su transformación progresiva, desde su estructura escolar más sencilla hasta bibliotecas más complejas, que llegaran a conformar los CRA. Uno de los objetivos consistía en prestar servicios educativos y culturales más allá de la comunidad escolar en la que están insertos.
A partir de 2003, una vez que prácticamente habían cubierto toda la enseñanza media, el proyecto Bibliotecas Escolares CRA ha dirigido su accionar al cumplimento del compromiso del Ministerio de Educación de Chile de llegar al bicentenario de la independencia con una cobertura próxima al cien por ciento de Bibliotecas CRA en la enseñanza básica municipalizada y particular subvencionada.
Uno de los objetivos de la Biblioteca/CRA es "parecerse mucho a una ventana, en que sus recursos, ya sea libros, cine-videos, internet, música, poesía, diarios, revistas, cartografías, etcétera, se abren para mostrar un mundo complejo, diverso y fascinante en el cual un estudiante puede conocer, entender y recrear, ya sea solo o en colaboración con otros".
Además, en palabras de Constanza Mekis, este tipo de biblioteca actúa, antes que nada, como un instrumento para facilitar el proceso educativo, pues busca intervenir activa y abiertamente en la solución de las necesidades de cada uno de sus usuarios. Constanza Mekis es una profesional con amplia trayectoria en el ámbito de la biblioteca escolar y de la lectura y su prestigio le ha llevado a asesorar a Administraciones de otros países y organismos internacionales. Es miembro de la IBBY-Chile.
La Fundación Germán Sánchez Ruipérez ha colaborado con el equipo de profesionales del CRA y comparte su línea de trabajo, en particular a partir de la publicación del primer estudio que se realizó en España sobre la situación de las bibliotecas escolares, Las bibliotecas públicas en España. Análisis y recomendaciones. Posteriormente también se ha puesto a disposición del proyecto chileno la herramienta metodológica usada en el estudio de casos sobre bibliotecas escolares, Bibliotecas escolares "entre comillas". Ambas investigaciones fueron llevadas a cabo en España por un equipo de expertos dirigido por Inés Miret.