¿Por qué no libros electrónicos como programas de radio?

A Eric Hellman, el físico e ingeniero que se ocupa de agitar todo lo relacionado con la tecnología aplicada al mundo del libro, se le ha ocurrido que el modelo de la radio pública podría valer para la comercialización de eBooks. Hellman, en su blog Go to Hellman, cree que si quienes producen eBooks pudieran cubrir de alguna manera sus costes fijos –por ejemplo a través de una suerte de suscripción pública– los lectores podrían tener los libros gratis, como la radio. En realidad este simpático y un tanto excéntrico Girosintornillos del mundo de la edición digital ha puesto en marcha algo similar en su empresa Gluejar.com. Este proyecto consiste en que mediante el pago a los titulares de derechos bajo la licencia Creative Commons individuos e instituciones liberan libros electrónicos específicos y otros contenidos digitales. En este proyecto un libro solo se libera cuando la suscripción ha cubierto la recaudación fijada por el autor. Gluejar sólo cobra su porcentaje si se han cumplido los objetivos económicos y el libro ha sido liberado.

A Eric Hellman, el físico e ingeniero que se ocupa de agitar todo lo relacionado con la tecnología aplicada al mundo del libro, se le ha ocurrido que el modelo de la radio pública podría valer para la comercialización de eBooks. Hellman, en su blog Go to Hellman, cree que si quienes producen eBooks pudieran cubrir de alguna manera sus costes fijos –por ejemplo a través de una suerte de suscripción pública– los lectores podrían tener los libros gratis, como la radio. En realidad este simpático y un tanto excéntrico Girosintornillos del mundo de la edición digital ha puesto en marcha algo similar en su empresa Gluejar.com

Este proyecto consiste en que mediante el pago a los titulares de derechos bajo la licencia Creative Commons individuos e instituciones liberan libros electrónicos específicos y otros contenidos digitales. En este proyecto un libro solo se libera cuando la suscripción ha cubierto la recaudación fijada por el autor. Gluejar sólo cobra su porcentaje si se han cumplido los objetivos económicos y el libro ha sido liberado.

 
 
 
 
 
Hellman pone como ejemplo la radio pública de New York que produce un programa que a él le gusta mucho: Radiolab. Este programa tiene un presupuesto que, si se repartiera entre los diecinueve millones de oyentes potenciales que tiene al día, tocaría a 0,69 centavos de dólar por día por persona. Sin embargo, en los EE.UU. hay otro tipo de radios comerciales que subsisten con contribuciones de los oyentes que luego pueden desgravar de sus impuestos. Hellman advierte que “la mayoría de los oyentes ni siquiera contribuyen y nadie los llama piratas o ladrones”. 
 
El símil que hace Hellman de la radio –que tiene altos costes fijos pero costes variables bajos– con la producción de libros, que también tiene costes fijos elevados, se basa en que si los editores de libros electrónicos pudieran cubrir sus costes fijos –con fines de lucro, para que valga la pena– los eBooks podrían funcionar justamente como la radio comercial. “Tres millones de personas que donaran un centavo estaría bastante bien; treinta mil contribuyentes a diez dólares per cápita también funcionaría” –resume humorísticamente Hellman. Un autor muy popular podría fijar el precio del libro en un millón de dólares, pero quizá un autor menos conocido sólo querría cubrir los gastos de digitalización y querer sólo dos mil dólares –añade Hellman.
 
Este esquema es un intento más de encontrar una solución para un nuevo modelo de negocio para el libro. En otros foros también ha habido personas que han defendido con rotundidad un sistema basado en la financiación de la edición a través de inserciones publicitarias. A pesar de que nos encontramos en una fase de gran incertidumbre es posible sugerir la endeblez de ambas propuestas a causa de la complejidad de su gestión y la difucultad de trabajar con un esquema de retribuciones basado en esquemas demasiado indirectos. De lo que no cabe duda es que hay mucha gente tratando de redefinir la fórmula económica para el sector del libro desde el convencimiento de que los modelos anteriores no van a servir.
 
 
 
 

 


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