Encuentro en el programa Territorio eBook
Son muchas las cuestiones y los interrogantes que suscita el nuevo entorno digital, que está provocando un cambio en las prácticas de lectura y consumo de información similar al que en su momento desempeñó la revolución de la imprenta. De ahí que no sea aventurado decir, como se viene haciendo con frecuencia, que nos encontramos ante un cambio de paradigma que es preciso estudiar y comprender para gestionarlo del mejor modo posible.
Con la intención de responder a algunos de estos interrogantes, la Fundación Germán Sánchez Rupérez, en el marco del Programa Territorio Ebook, convocó a un encuentro a dos especialistas en este asunto, José Afonso Furtado, director de la Biblioteca de Arte de la Fundación Gulbelkian en Lisboa y José Antonio Cordón, profesor de la Universidad de Salamanca, ambos autores de dos libros recientemente publicados sobre el particular: A Edição de Livros e a Gestão Estratégica (José Afonso Furtado, ed. Booktailor, 2011) y Gutenberg 2.0, la revolución de los libros electrónicos (José Antonio Cordón; Raquel Gómez; Julio Alonso, Trea, 2011). Javier Valbuena, director del Centro de Desarrollo Sociocultural de la Fundación en Peñaranda de Bracamonte moderó la conversación.
Durante la entrevista, tanto Furtado como Cordón manifestaron su convicción en que la irrupción del libro electrónico está provocando un cambio de paradigma tanto en la producción como en la distribución y consumo de documentos escritos, como en su momento aventuraran algunos teóricos como Roger Chartier o el propio Furtado (El Pixel y el Papel: de lo impreso a lo digital: continuidades y transformaciones, Trea, 2007).
Javier Valbuena (Fundación GSR) junto a José Afonso Furtado y José Antonio Cordón (Foto: Javier Frutos)
Factores del cambio
La naturaleza del cambio está inducida, según ambos, por los adelantos tecnológicos (como la aparición de la tinta digital, los dispositivos de nueva generación que facilitan la lectura, el incremento en la oferta editorial, el nacimiento de plataformas de distribución que favorecen el acceso, etc.) y por los cambios en las prácticas de lectura y consumo digital, estimulados por la intervención de sistemas de acreditación, reconocimiento y valoración cada vez más descentralizados representados por las redes sociales, en las que las jóvenes generaciones tienen cada vez mayor presencia.
Precisamente la importancia de aquellas en la articulación del nuevo paradigma se encarna en el propio Furtado, elegido el número 33 por la revista Time como uno de los “Twitteros” mas influyentes del mundo (el Borges del Twitter) y el único bibliotecario incluido en el prestigioso ranking de los 140 más influyentes del mundo.
Cordón consideró este dato como una de las evidencias de las nuevas formas de intervención profesional, que afecta directamente al mundo editorial, lento en sus reacciones ante los cambios que se están produciendo, sobre todo en Europa Occidental donde la producción y consumo de ebooks evoluciona en progresión constante pero a distancia de Estados Unidos donde estos han alcanzado un importante arraigo.
Desde la "propiedad" hacia el "acceso" y las amenazas potenciales
Furtado ponderó la importancia del cambio de paradigma que representa la traslación desde el concepto de “propiedad” al concepto de “acceso”, en el que lo crucial no es tanto la tenencia y conservación de las obras sino la disponibilidad y accesibilidad de estas. De ahí la necesidad de adaptación de las bibliotecas y centros de información al nuevo contexto. En este sentido, tanto Furtado como Cordón alertaron sobre los peligros que determinadas formas de limitación se ciernen sobre las bibliotecas y los lectores, bien mediante la intervención directa de las plataformas que, mediante el empleo de sistemas de DRM, limitan los usos convencionales de los libros electrónicos en el préstamo bibliotecario (se puso el ejemplo de de HarperCollins, que establece en 26 el número máximo de préstamos que se puede realizar de de sus obras), bien mediante la negación del sistema, como ocurre con importantes editoriales como MacMillan, o el caso de España, donde los editores no han llegado a ningún tipo de acuerdo con las bibliotecas para el préstamo de libros electrónicos.
Alertaron igualmente sobre los peligros de monopolio que la preponderancia de algunas plataformas puede representar, casos de Google, sometido a varios litigios a cuenta de la conculcación de derechos de autor, o de Amazon, que absorbe gran parte del mercado americano de libros electrónicos y que está empezando a desembarcar en Europa. Peligros también imputables a las diferencias fiscales en el tratamiento de los libros que pueden provocar la falta de ventajas competitivas en aquellos países como los europeos en los que el IVA que se les aplica es idéntico al de los productos de lujo.
El miedo de los editores radica en las posibilidades de copia ilegal de las obras digitalizadas. En este sentido, tanto Furtado como Cordón relativizaron las cifras ofrecidas por la industria editorial sobre pérdidas atribuibles a este fenómeno, descartando la asimilación que se estaba haciendo con lo ocurrido en el ámbito de las industrias musicales y audiovisuales, donde las prácticas del consumo y la naturaleza de este obedecen a criterios completamente diferentes. Defendieron una política de precios equilibrada, y por modelos de negocio en streaming que permitan fórmulas de consumo acordes con las prácticas de las nuevas generaciones.
Cordón y Furtado en su conversación apostaron decididamente por los nuevos formatos de libros, sin que esto represente una postura excluyente respecto de los libros en papel, de los que ambos se declararon incondicionales lectores, y para los que no vaticinaron una desaparición inmediata. Manifestaron su inclinación por la convivencia de formatos, aunque la propia evolución de estos determinaría, como ya ocurrió con las revistas científicas, la prevalencia de un soporte sobre otro.
Finalmente, coincidieron en la necesidad de la existencia de instituciones y programas como los desarrollados por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez y Territorio eBook que investiguen los fenómenos emergentes, como el de los libros electrónicos, favorezcan su conocimiento e implantación en las bibliotecas y desempeñen tareas de intermediación entre los usuarios, los contenidos y la tecnología, como ha ocurrido con la iniciativas emprendidas con mayores de 55 años que, gracias a un proceso de alfabetización digital previa, han asimilado los dispositivos de lectura electrónica de una forma natural y cómoda.