
La mujeres extremeñas mayores de 55 leen más que los hombres
El estudio cualitativo Hábitos de lectura de las mujeres en Extremadura, llevado a cabo por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, revela que hasta los 55 años, las mujeres leen más que los hombres, sobre todo porque las mujeres de más edad no tuvieron igual acceso a la educación en su juventud.
El estudio cualitativo Hábitos de lectura de las mujeres en Extremadura, llevado a cabo por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, revela que hasta los 55 años, las mujeres lee más que los hombres, sobre todo porque las mujeres de más edad no tuvieron igual acceso a la educación en su juventud.
El estudio, que se presentó el 30 de junio de 2011 en la Biblioteca Pública del Estado
Antonio Rodríguez-Moñino/María Brey, de Cáceres, ha sido coordinado por el Departamento de Análisis y Estudios de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez en el marco del Observatorio del Libro y la Lectura en Extremadura, fruto de la colaboración entre la Consejería de Cultura de la Junta de Extremadura y la Fundación y elaborado por la empresa Conecta Research & Consulting.
A la luz de este estudio sobre hábitos de lectura y compra de libros, la población femenina lee libros en mayor medida que los hombres, con 3,3 puntos porcentuales de diferencia en el último estudio realizado en Extremadura, correspondiente a 2009. De esta manera, es posible identificar en la población femenina un sector especialmente dispuesto a incrementar y mejorar sus prácticas de lectura y en el que la perspectiva de una mejora general en los índices de lectura en Extremadura, en caso de producirse, lo haga gracias a la incorporación de una mayor proporción de mujeres a los hábitos lectores.
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El director del
Departamento de Análisis y Estudios de la Fundación,
Hilario Hernández, explicó en rueda de prensa que el estudio se realizó en seis focos o reuniones, en los que se tuvieron en cuenta tanto los hábitos de la mujer rural como los de la urbana. Estos focos se concretaron tanto en ámbitos urbanos de Badajoz y Cáceres, como rurales de Olivenza y Trujillo, y se ha estudiado por un lado a las mujeres con hábito lector y, por otro, a aquellas con un hábito lector menos frecuente, y se han dejado a un lado a las de "una fuerte dedicación lectora", según el director del estudio.
Hernández subrayó que, en general, la valoración que la mujer extremeña hace de la lectura "es muy positiva, incluso idealizada y romántica en aquellas personas con un hábito lector poco frecuente". También hizo notar que el hogar "es el escenario habitual para leer" y que las mujeres entre 18 y 28 años son las más lectoras frente a aquellas mayores de 55 años, que son las que menos leen. En su opinión, los hijos conforman un estímulo positivo a veces para la lectura, porque "muchas madres leen para servir de modelo", y otras suponen "un freno, porque los quehaceres domésticos no permiten que la mujer disponga del tiempo necesario, ni ganas, para la lectura".
La nube de etiquetas que recogemos en esta noticia refleja un esquema de conceptos y percepciones expresado por las mujeres participantes en el estudio cualitativo.
El trabajo de campo para la recogida de datos del estudio cualitativo Hábitos de lectura de las mujeres en Extremadura consistió en varias reuniones de grupos seleccionados según la franja de edad (de 20 a 30, de 31 a 40 y de 41 a 50 años), el hábito lector (lectoras frecuentes u ocasionales y no lectoras o esporádicas) y hábitat (urbano o rural), que revelaron significativas diferencias en función de estas variables.
Algunos detalles de la investigación
- Mientras las mujeres que leen frecuentemente entienden la lectura como fuente de entretenimiento y disfrute, las lectoras ocasionales hacen de ella un uso utilitario y prefieren la lectura de revistas o prensa a la de libros, que requiere mayor concentración y tiempo.
- La ausencia de prescriptores se da especialmente en el ámbito rural, donde los equipamientos de acceso a la lectura son menos frecuentes y presentan una menor variedad. Extremadura es una región que presenta un mayor índice de ruralidad que la media española, con la mitad de la población femenina en municipios de menos de 10.000 habitantes, frente al 21,1 por ciento en el conjunto del país.
- Los escaparates de las librerías y la publicidad son las principales fuentes para conocer nuevas lecturas entre las mujeres extremeñas y, quizás por esa razón, sus lecturas favoritas sean bestsellers y novedades editoriales.
- Los hijos actúan a la vez como motivación y freno en los hábitos lectores de las mujeres. Como motivación porque tener hijos anima a las madres a acompañarlos en el aprendizaje, a leerles antes de dormir, incluso a servirles de ejemplo en las primeras etapas. Durante la adolescencia, la lectura se convierte en una forma de acercamiento para las madres. Como freno porque la crianza de los hijos requiere mayores atenciones y a las madres les queda poco tiempo para dedicarse a ellas mismas.
- La mayor concentración y constancia que requiere la lectura de libros, las obligaciones familiares, el carácter individual de la lectura y las dificultades para compartirla, así como la escasa oferta temática juegan en contra de los hábitos lectores para las mujeres. A todas ellas se une la consideración de la lectura, el fomento lector y las bibliotecas como algo propio de los más jóvenes o de estudiantes, que les resultan ajenos y no están dirigidos a ellas.
- Por el contrario, las mujeres que leen con mayor frecuencia sitúan la lectura entre sus prioridades de ocio y son capaces de encontrar cualquier hueco para leer, por muy pequeño que sea. Todo lo que tiene que ver con el libro, la selección en la librería y su compra ¯prefieren tener sus propios libros a tomarlos prestados¯, el regalo, el momento de leer, las charlas con los amigos sobre los últimos hallazgos y el poder mostrar a sus visitas una estantería llena de libros en su casa se convierte en una fuente de disfrute y algo que contribuye a dibujar su identidad social y personal.
Así, “el entorno y el contexto familiar, las aptitudes individuales, las características propias de la lectura y la dificultad para proveerse de materiales de lectura son algunas barreras que las mujeres extremeñas se encuentran para no leer más”, resumió Hernández.
El texto completo del estudio y su resumen ejecutivo pueden encontrarse en la web del Observatorio del Libro y la Lectura en Extremadura en formato pdf.
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