Los españoles mayores de 16 años suspenden en competencia mediática

Un estudio del Instituto de Tecnologías Educativas del Ministerio de Educación revela que la competencia mediática de los españoles mayores de 16 años es muy baja entendida aquella como la capacidad para interpretar mensajes audiovisuales de manera reflexiva y crítica y para expresarse a través del audiovisual con unos mínimos de corrección y creatividad. El colectivo con mayor competencia audiovisual es el comprendido entre los 16 y los 24 años pero las personas mayores de 65 años son, casi en su totalidad, incompetentes mediáticos. La muestra ha tenido en cuenta conocimientos sobre estética y lenguaje audiovisual, la ideología y los valores contenidos en los mensajes, el proceso de la recepción, conocimientos sobre rutinas de productores y programadores y también sobre cuestiones tecnológicas.

Un estudio del Instituto de Tecnologías Educativas del Ministerio de Educación revela que la competencia mediática de los españoles mayores de 16 años es muy baja entendida aquella como la capacidad para interpretar mensajes audiovisuales de manera reflexiva y crítica y para expresarse a través del audiovisual con unos mínimos de corrección y creatividad. El colectivo con mayor competencia audiovisual es el comprendido entre los 16 y los 24 años pero las personas mayores de 65 años son, casi en su totalidad, incompetentes mediáticos.
 
La muestra ha tenido en cuenta conocimientos sobre estética y lenguaje audiovisual, la ideología y los valores contenidos en los mensajes, el proceso de la recepción, conocimientos sobre rutinas de productores y programadores y también sobre cuestiones tecnológicas.
 
La investigación consistió en un cuestionario de veintiocho preguntas para evaluar, sobre cien puntos, el grado de competencia mediática de los españoles, que han obtenido una nota media de 24,5 sobre cien. Esto significa que el 95,4 por ciento de los encuestados suspende. La nota máxima conseguida también es muy baja, ya que sólo el 0,06 por ciento de la muestra ha obtenido 84 puntos.
 
Por géneros no hay prácticamente diferencias, ya que tanto hombres como mujeres suspenden en más de un 95 por ciento pero en cambio por edades se producen más diferencias.
 
Aunque el estudio señala que el nivel de suspensos es muy elevado en todos los grupos de edad, el colectivo con más competencia audiovisual es el de las personas con edades entre 16 y 24 años, que alcanzan un 6,8 por ciento de aprobados.
 
Por el contrario, las personas de más de 65 años representan al colectivo más incompetente, ya que suspende el 95,8 por ciento de los hombres y el 95,1 por ciento de las mujeres.
 
 

 

En el análisis de los resultados totales, se hace notar que "no se puede atribuir la carencia de competencia mediática a una cuestión generacional, puesto que, aun cuando es cierto que las personas de edad avanzada se muestran mucho más incompetentes, no lo es menos que la mayoría de los jóvenes y adultos también lo son".
 
Igualmente se subraya que si se realizan análisis en función del nivel de estudios de las personas de la muestra se descubre que "el grado de suspensos en todos los niveles educativos continúa siendo superior al 90 por ciento, pero se observa que –estela al margen las personas que no tienen estudios, el grupo menos numeroso y, por lo tanto, con resultados menos significativos– el porcentaje de aprobados aumenta a medida que aumenta también el nivel de estudios de las personas de la muestra".
 
"Se puede afirmar, pues –aclara–, que el grado de formación recibida incide, aun cuando muy ligeramente, en el grado de competencia mediática. En este sentido, resultaría lógico, hasta cierto punto, que las personas más competentes sean las que tienen entre 25 y 64 años, puesto que son el grupo poblacional que más posibilidades ha tenido de acceder a una formación superior".
 
El objetivo de este estudio –advierte– era "medir el nivel de competencia mediática de las personas –no de los profesionales–, con el objetivo de certificar, si es el caso, la necesidad de la educación mediática, y descubrir aquellas dimensiones que la caracterizan y, por ende, en las que es más urgente incidir".
 
En la evaluación de las respuestas al cuestionario los 100 puntos se han repartido de la manera siguiente: 15 corresponden a los conocimientos sobre estética; 20 a los conocimientos sobre lenguaje audiovisual; 25 a los conocimientos sobre la ideología y los valores de los mensajes; 13 a los conocimientos sobre el proceso de recepción y las cuestiones relacionadas con la audiencia; 12 a los conocimientos sobre las rutinas de productores y programadores y 15 a los conocimientos sobre cuestiones tecnológicas.
 
Por ejemplo, el estudio ha detectado que entre los ciudadanos y ciudadanas españoles hay un gran desconocimiento respecto al por qué y al cómo puede influir un mensaje audiovisual que no utiliza ninguna clase de argumento.
 
Igualmente, los sujetos investigados difícilmente detectan la ideología y los valores que se transmiten en un mensaje audiovisual si son presentados de manera latente o diluida, esto es, si no son muy patentes y manifiestos. 

Del mismo modo, para un número considerable de personas, la presencia de imágenes en una información le confiere un «plus» de credibilidad. Así se considera que si en una noticia hay imágenes no corren tanto el riesgo de ser manipuladas.

En su origen, la investigación fue impulsada por el Consell a través de la Universidad Pompeu Fabra. Una ayuda posterior del Ministerio de Educación permitió ampliar la investigación a todo el territorio estatal. El equipo inicial, compuesto por miembros de la Universidad Pompeu Fabra, pasó a contar con investigadores procedentes de Universidades correspondientes a cada una de las Comunidades Autonómicas del Estado español.
 
El estudio completo está disponible en este enlace.
 
 

 


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