El Departamento de Justicia finalmente aplica la ley antitrust contra Apple y los cinco grupos editoriales
El Departamento de Justicia estadounidense (DOJ) finalmente ha presentado una demanda en la Corte federal de Manhattan contra Apple y las editoriales Simon & Schuster, Hachette, Penguin, Macmillan y HarperCollins por su comportamiento colusorio en lo referente a los precios de los libros electrónicos, lo que confirma el rumor lanzado ayer por la agencia Reuters. Tres de ellas: Hachette, HarperCollins y Simon & Schuster han llegado a un acuerdo con la justicia para así cerrar la investigación, mientras que las otras han optado por seguir litigando contra los cargos.
El Departamento de Justicia estadounidense (DOJ) finalmente ha presentado una demanda en la Corte federal de Manhattan contra Apple y las editoriales Simon & Schuster, Hachette, Penguin, Macmillan y HarperCollins por su comportamiento colusorio en lo referente a los precios de los libros electrónicos, lo que confirma el rumor lanzado ayer por la agencia Reuters. Tres de ellas: Hachette, HarperCollins y Simon & Schuster han llegado a un acuerdo con la justicia para así cerrar la investigación, mientras que las otras han optado por seguir litigando contra los cargos.
Por su parte, el director ejecutivo de Macmillan, John Sargent, ha enviado una carta, que ha recogido
Publishers Weekly, a los escritores, ilustradores y agentes que pertenecen a la compañía para informales sobre la decisión de la empresa de seguir litigando.
Esta es la carta de John Sargent:
Hoy (12 de abril del 2012) el Departamento de Justicia ha presentado una demanda contra las operaciones editoriales que Macmillan ha realizado en los Estados Unidos, acusándonos de colusión por poner en práctica el modelo de agencia en el precio de los libros electrónicos. El asunto se resolverá por vía civil y no se considera una causa penal. Permítanme decir, antes de nada, que Macmillan no actuó de manera ilegal, ni tuvo ningún comportamiento colusorio.
Durante meses hemos mantenido conversaciones con el DOJ. Siempre es mejor, si es posible, resolver estos asuntos antes de presentar una demanda. Los gastos que supone seguir adelante –tiempo, distracción y costes– son verdaderamente desalentadores.
Los términos exigidos por el DOJ eran desorbitados. Tras una meditada consideración, llegamos a la conclusión de que estos podrían permitir a Amazon recuperar la posición de monopolio que había construido antes de nuestro cambio al modelo de agencia. También creímos que el acuerdo que el DOJ quería imponer habría tenido un impacto negativo a largo plazo en aquellas personas que venden libros para ganarse la vida, desde las grandes cadenas a las pequeñas librerías independientes.
Cuando Macmillan cambió al modelo de agencia, lo hicimos a sabiendas de que ganaríamos menos dinero en nuestro negocio de eBooks. Lo hicimos para apoyar un mercado abierto y competitivo en el futuro, y funcionó. Creemos todavía en ese fututo y pensamos que el modelo de agencia es la única manera para conseguirlo.
Es difícil conciliar una demanda cuando se sabe que no se ha hecho nada malo. Según el gobierno, el director ejecutivo de Macmillan participó en una colusión junto con otros directores ejecutivos para adoptar el modelo de agencia. El director ejecutivo soy yo, y yo tomé la decisión de que Macmillan adoptase el modelo de agencia. Tras días de reflexión y preocupación, el 22 de enero del 2010 me decidí. Ha sido la resolución más solitaria que jamás haya tomado y no veo ninguna razón para desdecirme.
Otros editores han optado por acatar lo dictaminado por el DOJ. Esa es su opción. Nosotros hemos optado por luchar en los tribunales. Pero debido a esto, es posible que aparezcan pruebas irrefutables de la editorial y de mí en particular en los papeles del DOJ y posiblemente si tener en cuenta el contexto. Que así sea.
Espero que usted esté de acuerdo con nuestra decisión, y con Scott Turow, Presidente del Sindicato de Autores, quien afirmó: “La ironía de todo esto es horrible: nuestro gobierno puede estar a punto de matar la verdadera competencia con el fin de salvar la apariencia de la competencia. Esto sería trágico para gente como nosotros que valoramos los libros y la cultura que aportan”.
Al estar ahora en pleno litigio, no creo que deba hacer muchos más comentarios a este respecto. Estamos decididos a encontrar la mejor fórmula a largo plazo para el negocio de los libros, tanto por Macmillan como por el trabajo que ustedes nos han confiado.
Al respecto de este asunto, Jeff John Roberts en un
artículo en
PaidContent sostiene que, al parecer, se pone fin al aluvión de especulaciones que estaban apareciendo últimamente sobre la investigación de prácticas fraudulentas. Pero señala que tanto a Apple como a los otros editores, todavía les queda enfrentarse a una demanda colectiva por la que un equipo de abogados quiere conseguir que se les reembolse a los lectores la cantidad que pagaron de más por los libros electrónicos, como consecuencia de la supuesta conspiración.
Es raro, asegura este periodista, que una investigación antimonopolio llegue a los tribunales. La mayoría de ellas o bien desaparecen o dan lugar un decreto, denominado de consentimiento, según el cual las partes se comprometen a una serie de condiciones, pero sin reconocimiento de culpabilidad.
Para antecedentes de esta noticia, véase Lectura Lab:
La administración norteamericana determinada a combatir acuerdos sobre los precios de ebooks
Rumores sobre la posible demanda contra Apple de la Justicia norteamericana
La Unión Europea coordina con USA la investigación sobre fijación de precios de eBooks
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