En qué negocio están inmersas las librerías

Joe Wikert, en un artículo publicado en Publisher Weekly, anima a todas aquellas librerías de cemento y ladrillo que ven peligrar su negocio a replantearse su función y ofrecer servicios de autopublicación dentro de sus locales. En este momento en el que el tema de la autopublicación está al rojo vivo, no existen lugares de confianza en los que encontrar las respuestas necesarias a todas esas preguntas que puedan surgir: ¿Cómo empezar? o ¿cuál es la plataforma más adecuada?

Joe Wikert, en un artículo publicado en Publisher Weekly, anima a todas aquellas librerías de cemento y ladrillo que ven peligrar su negocio a replantearse su función y ofrecer servicios de autopublicación dentro de sus locales. En este momento en el que el tema de la autopublicación está al rojo vivo, no existen lugares de confianza en los que encontrar las respuestas necesarias a todas las preguntas que puedan surgir: ¿cómo empezar? o ¿cuál es la plataforma más adecuada?

Según Wikert, una de las ventajas con las que cuentan estas librerías sobre las digitales es el trato personalizado y el apoyo de primera mano. Si la base del negocio en la que se sustentan estas librerías es en la venta de libros impresos, su futuro se encuentra en la cuerda floja: “Es el momento de pensar más a lo grande” -opina el analista.

Hace algunos años empezaron a proliferar las librerías con una cafetería o un bar, pero eso es algo que como señala Wikert, pertenece a otra década: “¿Qué se podría hacer en la actual?” Una posibilidad, apunta el articulista, sería incorporar un espacio en el que se ofrezcan los recursos necesarios de autopublicación: “La autopublicación es un tema candente y sigue en aumento. Pero lo que brilla por su ausencia [...] es un lugar de confianza en el que hacer todas la preguntas: ¿cómo empezar?, ¿cuál es la mejor plataforma?, ¿cómo puedo crear una campaña de marketing?” Wikert apoya esta idea en el convencimiento de que muchos entusiastas de la autopublicación se enfrentan a un montón de opciones en línea y odisponen de muy poca ayuda personalizada. Por ello, este experto se pregunta por qué no crear recursos de autopublicación en persona dentro de las mismas librerías.

La mayoría de los ingresos obtenidos en la autopublicación están vinculados con servicios como la edición, el diseño de la cubierta, las pruebas de corrección y no necesariamenteligados a la venta final del producto, sostiene Wikert. Una librería podría asociarse con un experto en el área o construir su propia red de proveedores: “El punto crítico es transforma tu negocio en algo más que en vender libros”.

El ejemplo vivo de esta nueva perspectiva del negocio es Chris Morrow, co-propietario de la librería Northshire, que cuenta desde hace unos años con una Espresso Book Machine (EBM), una máquina que imprime, recopila, crea la cubierta y encuaderna un libro en apenas unos minutos: “La EBM nos ha permitido crear un negocio de autopublicación y algo más. Ha cambiado la forma en la que los clientes ven nuestra librería. La autopublicación es un negocio complementario que se aprovecha de los avances tecnológicos, mientras seguimos fieles a nuestro negocio”.

Como corolario de sus tesis, Wikert manifiesta que la revolución digital en el sector de la lectura no se debe ver como una amenaza sino como una de esas oportunidades que se dan una vez en la vida y que permiten replantearse el negocio.
 


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