El jefe de bibliotecas del ayuntamiento de Manchester (Reino Unido) ha negado las acusaciones de que la mitad de los libros de referencia de la Biblioteca Central de Manchester se tienen que destruir debido a un error de cálculo en la remodelación del espacio disponible en las estanterías de la biblioteca. Sin embargo el Ayuntamiento también ha reconocido que más de trescientos mil materiales “no volverán” a sus estantes.
Un artículo de Benedicte Page en The Bookseller se hace eco de esta noticia y recoge una carta redactada por una fuente interna de la biblioteca que se envió a la prensa local y a personas vinculadas con la literatura, en la que se informa sobre lo que se ha calificado como el “vandalismo cultural a escala industrial” dentro de esta biblioteca.
La carta describe cómo el personal de este centro está inmerso en un proceso de segregación de unos materiales que hacen de este lugar un punto de referencia dentro de las bibliotecas públicas de Manchester, para su posterior destrucción. “Es probable –detalla la carta– que la mitad de los libros de referencia y de los fondos de libros de no ficción se destruyan para cuando se produzca su reapertura”. Muchos de estos textos, continúa el comunicado, datan de finales del siglo XIX.
Tampoco parecen claros cuáles son los criterios de selección de los libros que se piensa destruir, y hay polémica respecto del personal al que se le ha otorgado esta responsabilidad, pues según señala la fuente mencionada “no son especialistas en la materia” e incluso en muchos casos son bibliotecarios en prácticas. “Una vez se hayan destruido, no habrá ningún registro de su existencia” –continúa la carta.
Neil MacInnes, director de las bibliotecas del ayuntamiento de Manchester, hace una declaración en la que dice que las preocupaciones que han surgido en relación con este tema están “fuera de lugar”. Lo que se pretende, asegura Maclnnes, es crear una biblioteca moderna de calidad mundial, mejorar el acceso a este edificio y a sus tesoros y según su opinión considera erróneo cualquier comentario que diga lo contrario. Neil MacInnes afirma también que todos los documentos que cuentan con un valor histórico se conservarán, a lo que añade que existirán áreas de almacenamiento especiales que preservarán las colecciones históricas más importantes.
MacInnes también precisó que dentro de la remodelación de la biblioteca nunca se ha pretendido hacer una “sustitución de igual a igual” y que el expurgo era un ejercicio de limpieza muy necesario. “Algunos títulos que no se mantendrán serán libros de referencia obsoletos de ciencias o medicina, algunas publicaciones periódicas, duplicados de libros de bolsillo que ya existen en tapa dura, o libros que costaría tanto restaurar que no sería rentable su reparación” –aclara.