Ha llegado la hora de unificar formatos para atajar la obsolescencia

Tanto en el ámbito de la música -donde existen CDs, mp3, casetes o vinilos, como en el de los vídeos, con formatos como Blu-ray o VHS, o en el campo de la información, donde hay diversas posibilidades de libros electrónicos-, se está perpetuando un sistema en el que se cobra por el mismo contenido cada vez que este se adquiere con un formato diferente. Roy Tennant, administrador principal de Programas de OCLC Research y editor de la revista Current Cites, analiza esta cuestión en un artículo para The Digital Shift.

Tanto en el ámbito de la música -donde existen CDs, mp3, casetes o vinilos, como en el de los vídeos, con formatos como Blu-ray o VHS, o en el campo de la información, donde hay diversas posibilidades de libros electrónicos-, se está perpetuando un sistema en el que se cobra por el mismo contenido cada vez que este se adquiere con un formato diferente. Roy Tennant, administrador principal de Programas de OCLC Research y editor de la revista Current Cites, analiza esta cuestión en un artículo para The Digital Shift.

Según sostiene Tennant, en el caso de los libros electrónicos los problemas derivados de la diversidad de formatos se agravan aún más, ya que actualmente no hay un formato universalmente aceptado para los eBooks. Asimismo, declara, se puede dar el caso de que se compre un libro electrónico para un dispositivo de lectura específico, y después se tenga que volver a comprar para otro distinto. Y por otra parte, el editor afirma que las bibliotecas se encuentran en este brete todo el tiempo, ya que aún existen muchas bibliotecas que tienen grandes colecciones de discos de vinilo, casetes, etcétera.

Tennant revela que cuando editores de todo tipo hicieron la transición del formato físico al digital, alegaron que la mayor parte del valor estaba en el contenido intelectual y en los procesos editoriales que proporcionaban, y no el costo del continente. Por este motivo el editor se pregunta por qué debe pagar la biblioteca o el consumidor varias veces por el mismo contenido.

Y como solución a este problema, Tennant propone el establecimiento de una cuota o tarifa de formato. Con esto se refiere a que si un consumidor es dueño de una copia con licencia de una determinada colección de contenido, debería poder pagar una pequeña cuota para tenerla en un formato diferente. Después de todo, sostiene el editor, el consumidor ya ha pagado por el contenido intelectual y por los procesos editoriales necesarios para ofrecer ese contenido. “Tener que pagar de nuevo -afirma Tennant- es simplemente una estafa y un robo”.

¿Optarán los editores por esta solución?, se pregunta Tennant. A su juicio, es probable que sí, debido a que los editores buscarán formas de estimular las ventas, puesto que cada vez son menos las personas que crean colecciones personales de objetos materiales que contienen música, películas o libros. Y una forma, señala el editor, podría ser la de reducir el riesgo de obsolescencia. En su opinión, después de los inconvenientes generados por la acumulación de películas en VHS o en DVD, y de ver cómo ambos formatos caen en desuso, el editor no cree que muchas personas se apresuren a coleccionar discos Blu-ray. Y esta evolución, a su juicio, contribuiría a evitar la obsolescencia en las colecciones bibliotecarias.


 


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