Parece que ya se ve la luz al final del túnel y que el caso Penguin sobre la fijación de precios está cada vez más cerca de llegar a punto y final. En los Estados Unidos, el Departamento de Justicia presentó una moción ante la jueza del caso, Denise Cote, en la que se le solicitaba que aprobase la sentencia definitiva contra la editorial. Y en las Unión Europea, este grupo empresarial ha acordado cambiar el precio de los ebooks, lo que hace preveer la llegada de un acuerdo con la empresa.
En un artículo de Jim Milliot publicado en Publishers Weekly se explica que esta moción no ha sido ninguna sorpresa, ya que el gobierno y la editorial ya habían llegado a un acuerdo que más tarde sirvió de base para los alcanzados con el resto de los grupos editoriales: Hachette, Macmillan, Simon & Schuster y HarperCollins.
En la Unión Europea, continúa el artículo, Penguin ha sido el grupo de resistencia que se ha mantenido al margen a pesar de que Hachette, Simon & Schuster, Macmillan, HarpeCollins y Apple habían llegado a un acuerdo. Pero según ha informado la Comisión hace tan solo unos días, la editorial se ha ofrecido a respetar una serie de compromisos para conseguir cerrar lo ante posible este proceso.
La editorial se mantiene en su posición de que en ningún momento ha hecho nada malo –comenta Milliot– y está convencida de que el modelo de agencia es el mejor para consumidores y autores. Aunque es conocido su desacuerdo en torno a ciertos elementos del análisis que ha realizado la Comisión, ha decidido aceptarlos para poder allanar su camino ante su inminente fusión con Random House.
Como parte del acuerdo –finaliza Milliot– la Comisión está llevando a cabo una prueba de mercado con los cambios propuestos por la política de precios de Penguin, unos cambios –aclara– que no limitarán o impedirán a los minoristas que bajen el precio de los ebooks durante dos años.