En opinión de Lulgjuraj lo que esta experta no ha recogido son las declaraciones de esos escritores que manifiestan su frustración al comprobar que su libro no se ha vendido como ellos esperaban ya que posiblemente no han tenido el tiempo suficiente para comercializar su trabajo al mismo tiempo que desempeñan trabajos de jornada completa.
Uno de los puntos que esta periodista recoge en su artículo y que comparte con Bavestock es en el que la doctora define la autoedición como una responsabilidad personal en la que el autor debe comprometerse por completo a la gestión y producción de su obra: “Aceptar esta responsabilidad es crucial” –advierte.
Otro delos descubrimientos que Baverstock ha hecho durante su investigación, es que los autores que autoeditan sus obras conforman un grupo muy solidario, algo que se contrapone con la visión tradicional del escritor celoso del éxito de sus colegas de profesión. Para la periodista esta afirmación no se corresponde con la realidad, ya que desde luego que existen los celos y las envidias entre los escritores, pero también se dan casos de autores que editan sus obras según el modelo tradicional y que celebran el éxito de otros.