El agente Andrew Wylie carga contra Amazon

El agente literario Andrew Wylie ha dado rienda suelta a su ira contra Amazon en una entrevista concedida a New Republic. Entre muchos de los llamamientos que realiza contra la compañía, invita a los editores a retirarse de sus filas en bloque, arremete contra el Kindle y compara la autoedición con una forma de automedicarse cuando se está enfermo.

El agente literario Andrew Wylie ha dado rienda suelta a su ira contra Amazon en una entrevista concedida a New Republic. Entre muchos de los llamamientos que realiza contra la compañía, invita a los editores a retirarse de sus filas en bloque, arremete contra Kindle y compara la autoedición con una forma de automedicarse cuando se está enfermo.

En un momento de la entrevista, este agente –llamado "El chacal" en el sector– pide a los editores que abanden Amazon ya que en su opinión, aunque se pueda perder un treinta por ciento del negocio, es un margen bastante alto para invertir en el proyecto personal de cada uno. Lo que al periodista Paul St. John Mackintosh le sorprende, a tenor del artículo publicado en TeleRead, es que este agente creó su propia editorial, Odyssey Editions, con el gigante minorista para convencer a la industria editorial de que los derechos de autor deberían estar más cerca del cincuenta por ciento que del veinticinco, pero en estos momentos sus llamamientos van dirigidos a conseguir mejores condiciones para las editoriales. Amazon cree que puede prosperar sin ayuda de nadie –añade– y eso tiene un nombre: “megalomanía”.

Tampoco le convence el dispositivo Kindle. Confiesa que en el momento en el que se lanzó al mercado se hizo con uno, pero enseguida dejó de utilizarlo –es sabido por todos que a los chacales no les gusta el plástico y que se alimentan sobre todo de carroña– ironiza Mackintosh.

Cuando se le preguntó en la entrevista el por qué de su decisión de no tratar con Amazon, Wylie dice que la empresa es un mero canal de distribución y la compara con una tienda de alimentación. En su opinión se contrata a gente para que hable con los distribuidores y para recibir “los alimentos” algo a lo que Mackintosh no le ve ningún aspecto negativo. 

Por último, también manifiesta su falta de confianza en la autoedición, a la que define como una forma de automedicarse cuando se está enfermo y en cuanto a aquellos escritores que ven una oportunidad en los medios sociales y más concretamente en Twitter, cree que en estos momentos el lugar donde puede encontrarlos con mayor facilidad en una discoteca.
 


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