Preocupación por los contratos que no garantizan las ediciones impresas

Los agentes literarios ya no pueden garantizar la edición en papel de un libro, algo que como han comunicado a Publishers Weekly (PW) les preocupa considerablemente. Tienen la sensación de que los contratos de una edición en formato físico cada vez tendrán más cláusulas que indicarán que el editor no ofrece ninguna garantía sobre ese formato y por tanto los agentes no podrán garantizar este servicio a sus autores.

Los agentes literarios ya no pueden garantizar la edición en papel de un libro, algo que como han comunicado a Publishers Weekly (PW) les preocupa considerablemente. Tienen la sensación de que los contratos de una edición en formato físico cada vez tendrán más cláusulas que indicarán que el editor no ofrece ninguna garantía sobre ese formato y por tanto los agentes no podrán garantizar este servicio a sus autores.

La mayoría de las cinco grandes editoriales con las que PW se ha puesto en contacto, se ha negado a responder a esta cuestión, alegando que las negociaciones son individuales y privadas. Pero algunos de los agentes han asegurado a esta publicación, que Random House se dispone a agregar una cláusula en la que la editorial no se compromete a lanzar un título en un formato en concreto, algo que el portavoz del grupo editorial ha desmentido categóricamente. Por su parte Hachette Book Group ha asegurado que las copias físicas seguirán incluyéndose en cualquier contrato tipo.

Lloyd Jassin, un abogado especialista en edición, ha dicho que dejar de publicar en formato papel es una reacción lógica en una industria cambiante. Sin embargo para los autores –añade el artículo– un contrato en el que no se garantice una edición impresa les resulta un trato con el que no se sienten cómodos.

Los agentes comentaron a PW que para autores de títulos de grandes tiradas o que cuentan con plataformas de edición bien asentadas, esta política no les afecta demasiado, pero para aquellos escritores noveles o que no cuentan con un record de ventas, el hecho de que un editor no se comprometa a lanzar una edición impresa es una situación complicada. También temen que este cambio suponga menos dinero para sus clientes y para ellos mismos, ya que los contratos que no aseguran un formato dan a los editores demasiada capacidad de maniobra. Otro de estos agentes añadió que con esta política se puede dar la paradoja de que los ebooks se conviertan en el “vertedero” de aquellos títulos en los que los editores no ponen todo su entusiasmo.

Richard Curtis, agente y fundador de la editorial digital E-Reads, comenta en el artículo que ahora que hay más sellos digitales, los grandes grupos están adoptando un modelo en el que se pone a prueba un título en formato digital antes de comprometerse a sacarlo en papel.


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