La relación entre startups y editores, según Shatzkin

Las librerías ven como su espacio útil se va reduciendo, los ebooks crecen de forma desigual según los libros que se publiquen y todo lo relacionado con la tecnología cada vez es mas barato. Ante esta situación aparece una nueva era en la que se aporta mayor financiación a las empresas digitales de reciente creación. Pero ¿Cuál es la relación que se establece entre éstas y los editores? Mike Shatzkin aporta su visión en un post que publica en su blog.

Las librerías ven como su espacio útil se va reduciendo, los ebooks crecen de forma desigual según los libros que se publiquen y todo lo relacionado con la tecnología cada vez es mas barato. Ante esta situación aparece una nueva era en la que se aporta mayor financiación a las empresas digitales de reciente creación. Pero ¿Cuál es la relación que se establece entre éstas y los editores? Mike Shatzkin aporta su visión en un post que publica en su blog.

Para este especialista, los editores ven que el negocio de los libros electrónicos ha sido muy injusto a nivel comercial con las versiones digitales de aquellos títulos que no son plenamente narrativos. Por su parte, las startups creen que los editores están demasiado atrapados en las viejas formas.

También observa que cuando ambas partes se centran en la edición impresa, las editoriales ven como el mercado está dominado por Amazon. Pero las nuevas compañías digitales ven en el minorista una oportunidad para ganar en visibilidad y que las personas puedan encontrar contenidos más fácilmente.

El modelo de suscripción –añade Shatzkin– no se recibe tampoco de la misma manera. Cuando los editores analizan modelos como el de Netflix, en contenido audiovisual o Spotify, en el musical, se preguntan: “¿Cuántas personas leen más de un libro al mes?”. Pero las startups van más allá y son conscientes de que a los consumidores les gusta esta forma de pago, por lo que se plantean por qué no iba a funcionar también en el sector del libro.

Si se les pide a estas compañías que hablen con franqueza de las editoriales –añade Shatzkin–, éstas les acusan de ser demasiado rígidas, carentes de imaginación y de estar aferradas a formas y modelos anticuados. Cuando se les plantea la misma cuestión a los editores, estos comentan que las compañías no saben cómo funciona el negocio en realidad.

En el próximo mes de enero se celebrará la conferencia anual Digital Book World en la que se tratará este tema en profundidad. Por el momento –finaliza Shatzkin– con las sesiones que tendrán lugar durante este encuentro, no se pretende predecir qué innovaciones tendrán éxito en el futuro, pero quizá se pueda llegar a un acuerdo entre ambas partes para desarrollar nuevos enfoques en común que sean más productivos y que fortalezcan su relación. 


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