La evolución de los MOOC, vista por Michael Cairns

Michael Cairns, director de Operaciones de Online Division of Publishing Technology sostiene que aunque parece que la expectación inicial sobre los MOOCs se ha calmado, esto se ha debido a un ajuste de mercado y no a que el modelo haya fracasado. El ejecutivo se refiere a este modelo educativo y su evolución en un post publicado en Information Today.

Michael Cairns, director de Operaciones de Online Division of Publishing Technology sostiene que aunque parece que la expectación inicial sobre los MOOCs se ha calmado, esto se ha debido a un ajuste de mercado y no a que el modelo haya fracasado. El ejecutivo se refiere a este modelo educativo y su evolución en un post publicado en Information Today. 

El concepto de este tipo de cursos sigue atrayendo a muchos estudiantes y educadores –comenta Cairns– y aunque se ha observado cierto déficit en relación a esta nueva forma de enseñar y aprender, esto se debe, en su opinión, a ciertos pasos que se están dando en la experimentación y en el desarrollo de estos productos. Se han realizado importantes alianzas que han aportado el tiempo y el dinero suficiente para poder seguir adelante con el desarrollo de programas, el análisis y la experimentación.

Cada vez más universidades –añade Cairns– verán los MOOCs como un medio para administrar todos o parte de sus asuntos a nivel local, ya sea por que buscan reducir la matrícula y los gastos de gestión, por que quieren ofrecer más cursos o por que desean expandirse más allá de su mercado inmediato. Para ello, lo más seguro –comenta– es que se realicen pruebas a nivel local de estos cursos masivos y que se combinen con estructuras presenciales o semi-presenciales.

Otro de los puntos fuertes que destaca Cairns y al que todavía no se le ha sacado todo el provecho, son los “datos masivos” o Big Data, ya que la adopción de sus principios podría aportar métodos de enseñanza más adecuados y mejorar los resultados finales. Se podrían emplear estos datos –propone- para determinar de forma predictiva el conocimiento de un estudiantes y hacer que el aprendizaje sea más pragmático, autodirigido y en definitiva, más en sintonía con los objetivos específicos que se buscan.

Estas tendencias –concluye Cairns- tendrán un impacto en la forma en la que se crea, se representa y se distribuye el contenido a los estudiantes. Por lo tanto, los editores tendrán que lidiar cada vez más con el contenido que produzcan los nuevos proveedores, aquellos que tradicionalmente han sido los clientes.
 


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