Code.org, una organización estadounidense sin ánimo de lucró lanzó Hour of Code, una campaña a nivel nacional que insta a la población a aprender programación. La demanda de desarrolladores sigue en aumento, por lo que este tipo de iniciativas parece que tienen todo un futuro por delante.
Lauren Orsini, declara en un artículo publicado Read Write, que no es de extrañar que haya tantas personas que se apunten a este tipo de curso, ya que es en la industria tecnológica en donde hay mayor demanda de trabajo. En 2010 hubo más de novecientos mil puestos de trabajo en los Estados Unidos que estaban directamente relacionados con los desarrolladores de software y la Oficina de Estadísticas Laborales pronostica un crecimiento de hasta un catorce por ciento.
Code Fellows, una escuela de comercio digital que se encuentra en Seattle, ofrecía a sus estudiantes –informa Orsini– una garantía de una oferta de trabajo con un salario de sesenta mil dólares a aquellos estudiantes que se graduasen. En 2013 –continúa– esta escuela aumentó su garantía a un salario de cien mil dólares para aquellos estudiantes más experimentados y con mejores calificaciones.
Otra tendencia es la del “desarrollador autodidacta” –añade Orsini. Se trata de un término que acuñó el investigador Gartner y que se emplea para designar a aquellos programadores que "se han creado a sí mismos” y que cuentan con las mismas habilidades que los profesionales.
Este investigador predijo en 2011 que los desarrolladores autodidactas serían los responsables en 2014 del veinticinco por ciento de las aplicaciones que saliesen al mercado, pero antes de esta fecha ya aparecieron personajes por todos conocidos como Mark Zuckerberg, David Karp o Tom Preston Wener –matiza esta periodista. El director ejecutivo de Treehouse, Ryan Carson añade a este respecto. “Una licenciatura en informática es una estafa, lo sé porque tengo una”.
En el programa de Hour of Code es fácil encontrar niños que todavía se encuentran en el jardín de infancia y aunque pueda parecer extraño, Orsini afirma que el concepto de desarrolladores con estas edades, no tiene por que ser una idea descabellada. Ya existe –añade– una aplicación educativa para iPad, que se lanzó a principios de 2013 y que está destinada a enseñar a los niños a programar antes que a aprender a leer.
Tendrán que pasar al menos quince años hasta que estos pequeños entren en el mundo laboral, pero muchos padres –concluye Orsini– ya están planteándose este tipo de preparación ante lo que marcan las tendencias laborales.