Leer cualquier cosa, en cualquier lugar y en cualquier momento, es la idea sobre la que se fundamente la literatura electrónica. Pero existe problemas como por ejemplo la sensación de “no propiedad” de los libros o la de dar gran cantidad de datos personales a empresas. Para poner solución a todo esto está Readmill, un servicio de lectura social que permite el acceso a los títulos desde su propia app y desde otras como Librarus,Marviny Bookinist.
La lectura de libros electrónicos, al igual que otras experiencias en línea, obliga a sus usuarios a elegir entre distintos servicios que esperan ansiosos recopilar la mayor cantidad de datos posibles –explica James Birdle en un artículo publicado en The Guardian. Otros riesgos –añade– pueden ser el de perder el acceso a la cuenta, decidir cambiar a otro servicio y por lo tanto perder todos los libros que se tenían.
Existen soluciones como Calibre –señala Birdle– pero supone un esfuerzo extra, sobre todo para aquellas personas que no son demasiado expertas en nuevas tecnologías. Y es ahí donde surge Readmill, un servicio de lectura social que ha anunciado recientemente su asociación con otras aplicaciones de lectura como Librarus, Marvin y Bookinist.
Cada una de estas apps de lectura ofrecen un servicio diferente dependiendo de cómo y dónde le guste leer a cada persona, pero todas tienen algo en común: su condición de abiertas. Es decir –explica Birdle– es posible compartir los libros a través de múltiples dispositivos y además el usuario ahora si que es poseedor de esos títulos.