El futuro de la televisión también seguirá la estela marcada por la telefonía móvil

Los cambios tecnológicos están afectando a todos los medios tradicionales de consumo de contenidos y la televisión tampoco se puede librar de ellos. Pero ¿cuál es su futuro? Un artículo aparecido en Gigaom prevé que su evolución será similar a la que está experimentando la telefonía móvil.

Los cambios tecnológicos están afectando a todos los medios tradicionales de consumo de contenidos y la televisión tampoco se puede librar de ellos. Pero ¿cuál es su futuro? Un artículo aparecido en Gigaom prevé que su evolución será similar a la que está experimentando la telefonía móvil.

En el primer estadio de los teléfonos móviles tanto fabricantes de dispositivos como proveedores de servicios intentaron desarrollar sus propios ecosistemas. Se enfrentaban a grandes retos a la hora de personalizar y desarrollar las aplicaciones debido a los distintos tamaños de las pantallas y las funciones de cada dispositivo. Esto fue así –comenta el artículo– hasta que llegó iOS y más tarde Android, los cuales crearon un ecosistema más sencillo y que garantizaba una gran experiencia para el usuario.

Lo mismo está ocurriendo en el sector de la televisión con fabricantes de dispositivos que venden televisores conectados que ejecutan sus propios sistemas operativos. Acceder al contenido –añade el artículo– es especialmente complicado, ya que seis son las empresas que controlan el noventa por ciento de los medios de comunicación estadounidenses. Éstas se niegan a vender contenidos a la carta y obligan a sus clientes a pagar por paquetes completos.

La obtención de los derechos de contenido es extremadamente complicado y costoso –apunta el artículo– la creación de contenido original no es fácil y aunque plataformas como Netflix, Amazon y Youtube han creado programaciones de calidad, no pueden competir en volumen.

El cambio llegará –augura el artículo– cuando los consumidores se alejen de los modelos establecidos, abandonen la televisión de pago y sus paquetes y se acerquen al contenido en línea. Para que esto se produzca será necesario que aumente la calidad en esas plataformas que se desarrollan fuera de la televisión de pago. En definitiva –concluye– todo acabará unificado a un número limitado de nuevas plataformas subyacentes que se acomodarán tanto a la interfaz de usuario como al contenido.
 


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