Mike Shatzkin: la industria editorial, mejor con otros socios

Centrarse en exclusiva en el negocio de los libros no parece que sea la mejor solución, como parece demostrar la expansión de empresas minoristas y algunas editoriales. Según Mike Shatzkin, la venta al por menor de libros y más en concreto de ebooks está condenada a ser un negocio de bajo margen. Por lo tanto, será mucho más fácil de sostener y apoyar si existen beneficios que vayan más allá del margen que se pueden obtener de esas ventas.

Centrarse en exclusiva en el negocio de los libros no parece que sea la mejor solución, como parece demostrar la expansión de empresas minoristas y algunas editoriales. Según Mike Shatzkin, la venta al por menor de libros y más en concreto de ebooks está condenada a ser un negocio de bajo margen. Por lo tanto, será mucho más fácil de sostener y apoyar si existen beneficios que vayan más allá del margen que se pueden obtener de esas ventas.

Según un post que ha publicado Mike Shatzkin en su blog The Idea Logical Company, dentro de diez años las tres empresas con más posibilidades de estar en el negocio de la venta de libros electrónicos serán Amazon, Apple y Google. El planteamiento que tienen estas compañías no es tanto el beneficio que les puede aportar este negocio, sino más bien se trata de un componente estratégico dentro de su ecosistema económico.

Kobo es propiedad del minorista japonés Rakuten. En opinión de Shatzkin esta unión no se basa tanto en la adquisición de una empresas de hardware y libros electrónicos sino que la compañía japonesa ve ciertas oportunidades inherentes como por ejemplo, la de obtener la dirección de correo electrónico de un consumidor, su información de la tarjeta de crédito y conocer su gustos de lectura.

La muestra de que basarse en los libros por sí solos configura un mercado insuficiente puede comprobarse con Barnes & Noble –asegura Shatzkin. La editorial fue capaz de utilizar su presencia en tiendas físicas en los Estados Unidos para poner en marcha Nook, pero rápidamente esta iniciativa “se quedó sin vapor”. La compañía quiere hacer dinero en la venta de libros e incluso está intentando diversificar la selección en sus tiendas, pero aún así –continúa Shatzkin– se trata de una estrategia que es difícil de ejecutar y que ni siquiera se acerca a los márgenes que consiguen Amazon, Google y Apple con el resto de sus negocios.

En definitiva –concluye Shatzkin– la edición de libros es más que probable que se convierta en un negocio subsidiario que se encargue de apoyar estratégicamente objetivos mucho mayores.
 


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