El mayor reto al que se enfrenta la “web visual”, que al parecer va ganando terreno a la que ha sido hasta ahora una web basada en el texto, es restablecer el contexto a su contenido sin necesidad de echar mano de ningún texto requerido. Pero para garantizar su durabilidad, como la de cualquier otra tecnología, deberá innovar y enfrentarse a los desafíos que a la larga podrían poner en peligro su adopción generalizada.
Según un artículo de Lauren Orsini publicado en Read Write Web existen varios problemas a los que se enfrena la web visual.
Los usuarios y editores web se han acostumbrado hasta ahora a buscar y proporcionar respuestas basadas en el texto. Según Apu Gupta, director ejecutivo de la herramienta de analítica visual Curalate, a medida que los usuarios se comunican cada vez más mediante imágenes y menos mediante el uso de palabras, determinar lo que representa una imagen se vuelve cada vez más y más difícil.
Muchos desarrolladores web ya están buscándole una solución a este problema –comenta Orsini– y la solución más obvia sería crear una tecnología que fuese capaz de leer literalmente las propias imágenes. Esto es lo que tienen en mente empresas como Facebook con su reconocimiento facial, GazeMetrix y su identificador de marcas y logos fuera de los píxeles de una imagen en internet, o Pinterest y sus búsquedas enriquecidas.
El segundo reto al que se enfrenta la web visual –continúa Orsini– es contar con el apoyo de las marcas, algo que ya está haciendo grandes empresas, pero el problema radica en las más pequeñas.
Cuando un negocio apuesta por la web visual para ganar publicidad y crea una imagen que se hace viral, resulta prácticamente imposible reeditarla. Danny Maloney, cofundador y director ejecutivo de la compañía de analítica de Pinterest Tailwind, informa que en este tipo de web es imposible actualizar el contenido que ya se ha publicado. Para ello –continúa– tendría que existir la posibilidad de identificar todas las partes de la imagen que se han compartido. Es más –añade Orsini– un usuario podría eliminar la marca de agua, lo que haría imposible rastrear esa imagen.
Cuanto más abierto es el acceso a los datos para las plataformas web, menor será el problema –concluye Orsini– por lo que la solución podría estar en la colaboración con un tercero. La pregunta está en si “los grandes jugadores” serán capaces de resolver estos problemas antes de que llegue la próxima gran innovación.