Nadie puede pedir a J.K. Rowling que deje de escribir para adultos

Tras la polémica creada después de que la escritora inglesa de novelas de misterio Lynn Shepherd recomendara a J.K. Rowling que dejara de escribir para adultos y de monopolizar el mercado, la escritora, guionista y profesora de escritura creativa Kit Steinkellner, ha salido en defensa de la libertad de la creadora de Harry Potter para hacer lo que le parezca.

 

Tras la polémica creada después de que la escritora inglesa de novelas de misterio Lynn Shepherd recomendara a J.K. Rowling que dejara de escribir para adultos y de monopolizar el mercado, la escritora, guionista y profesora de escritura creativa Kit Steinkellner, ha salido en defensa de la libertad de la creadora de Harry Potter para hacer lo que le parezca.
 
Lynn Shepherd publicó recientemente en Huffington Post UK un artículo titulado If JK Rowling Cares About Writing, She Should Stop Doing It [Si a J.K. Rowling le importa la escritura, debería dejar de hacerlo].
 
La ira de los seguidores de la autora de la saga del mago más famoso no se hizo esperar en las redes sociales en contra de la pretensión de Shepherd. Steinkellner resume la peripecia en un artículo que publica en Book Riot y anima a J.K. Rowling a seguir adelante con sus libros para adultos, ya que las ganancias que generan son invertidas por las editoriales para lanzar a otros autores.
 

 

Shepherd en su artículo se lamenta de que muchos adultos hayan decidido leer los libros de Harry Potter, "con la cantidad de títulos que hay en el mercado mucho más interesantes y estimulantes para las mentes". Por otro lado, también define la inmersión de Rowling en la literatura para adultos como un monopolio "que apenas permite que obras de otros autores puedan sobrevivir y prosperar".

Estas afirmaciones a Steinkellner  le resultan cuanto menos "extrañas", ya que si se profundiza en las bases del negocio de la oferta y la demanda, es fácil comprobar –asegura– que gran parte del dinero que generan libros como los de J.K. Rowling, las editoriales lo destinan a comprar y lanzar otros títulos menos conocidos. Grandes nombres como los de J.K. Rowling, John Grisham o Veronica Roth –continúa– son los pulmones de esta industria.

Le parece extraño –concluye– que Shepherd sugiera que una vez que un escritor ha conseguido la fama y el éxito deba retirarse como si de un deportista olímpico se tratase. En definitiva –finaliza– Rowling ni ocupa, ni le ha quitado el sitio a nadie, ha creado su propia carrera e incluso ha propiciado la aparición de obras de otros escritores y, por supuesto, puede hacer "lo que le venga en gana".

 


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