El gobierno de Canadá está obligando a Kobo a renegociar todos los contratos con sus principales socios editores en un plazo de cuarenta días. La empresa lo considera esta medida devastadora, que la relegaría a una postura ineficaz para competir con el resto de compañías.
El Comisario de Competencia de Canadá informó hace unas semanas a Kobo que tenía poco más de un mes para revisar sus contratos con Simon & Schuster, MacMillan, HarperCollins y Hachette, lo que produjo –según informa Michael Kozlowski en GoodeReader– una avalancha de correos en los que las editoriales exigían que estos se viesen mejorados o cancelados en tu totalidad.
Esta empresa comenzó a aplicar el modelo de agencia a los editores en 2011. Más adelante creó Agency-Lite, un modelo que permitía en esencia a los editores fijar el precio, pero al mismo tiempo la compañía canadiense podía lanzar otro diferente, con la condición de que el descuento no podía exceder el margen total que el minorista obtuviese de las ventas anuales de libros.
Con la petición del gobierno canadiense, Kobo se verá obligada a retirar miles de libros de sus librerías –informa Kozlowski– y con un catálogo incompleto se convertirá en un competidor ineficaz. Si por el contrario la empresa acepta las enmiendas, el periodista está convencido de que sufrirá pérdidas irrecuperables.
La única carta que le queda por jugar a la compañía es la de la jurisdicción. Kozlowski explica que el establecimiento de los editores y el abandono del modelo agencia sólo afecta a los Estados Unidos. El Departamento de Justicia (DOJ) no tiene competencia legal en Canadá. En caso de que Kobo no pueda absorber las pérdidas al pasar a un modelo híbrido de venta al por mayor y de agencia, es probable –asegura Kozlowski– que su negocio del libro electrónico en Canadá no pueda sobrevivir y desde luego, no podrá competir con Amazon y Apple.