La brecha de la lectura divide al Reino Unido en dos naciones

Una encuesta sobre hábitos de lectura en el Reino Unido, realizada por Booktrust, pone de relieve indicios preocupantes de que el país se divide en dos naciones en lo que se refiere a la lectura de libros, una brecha que coincide en buena medida con diferencias de carácter socioeconómico.

 
Una encuesta sobre hábitos de lectura en el Reino Unido, realizada por Booktrust, pone de relieve indicios preocupantes de que el país se divide en dos naciones en lo que se refiere a la lectura de libros, una brecha que coincide en buena medida con diferencias de carácter socioeconómico.
 
Según Booktrust, la mayor organización no lucrativa sobre lectura del Reino Unido, promotora de la encuesta, la mitad de la población son page turners, lectores asiduos que se aprovechan de los beneficios de la lectura, mientras que otra mitad es denominada button pushers, personas que prefieren actividades como ver televisión o DVDs.
 
Esta división cultural, según el estudio, refleja vínculos entre los niveles de riqueza y los de lectura de libros, ya que los lectores más frecuentes de libros suelen vivir en áreas con menos privaciones y con menos niños que viven en la pobreza, mientras que los encuestados que nunca leen libros suelen hacerlo en las zonas de mayores carencias y con más niños que viven en la pobreza.
 
Los que leen menos también más probablemente son varones, menores de 30 años, y tienen niveles más bajos de cualificación, bienestar y satisfacción en sus vidas. Por el contrario, las personas que leen regularmente libros se manifiestan más satisfechas con su vida y tienden a sentir que las cosas que hacen valen la pena.
 
La encuesta, realizada por DJS Research Ltd. entre mil quinientos adultos, examina la relación entre los hábitos de lectura, las actitudes hacia la lectura y los factores demográficos. Los resultados revelan la necesidad de proseguir con iniciativas para fomentar la lectura tanto desde una edad temprana como en las zonas desfavorecidas.
 
El estudio refleja así mismo una significativa relación entre la historia personal en relación con la lectura y las actitudes y hábitos actuales: los adultos que más leen son aquellos a quienes, en su infancia, sus padres les animaron a leer y quienes en la escuela disfrutaron con la lectura.
 
En cuanto a las actitudes hacia la tecnología digital, en el grupo socioeconómico más bajo es más probable encontrar gente que piensa que internet y las computadoras van a sustituir a los libros y que tienden a preferir la TV, DVD, internet y los medios sociales ante la lectura de libros.
 
Tanto los hábitos de lectura como las actitudes ante la lectura y la tecnología reflejan también significativas diferencias demográficas. La frecuencia de lectura aumenta entre las mujeres y mayores de 60 años, mientras que entre los varones y los menores de 30 años es más probable encontrar lectores poco frecuentes o que prefieran los dispositivos tecnológicos.
 
La diferencia de puntos de vista puede resumirse en la respuesta de uno de los encuestados (varón entre 30 y 44 años): “El hecho es que estamos en 2013, no en 1813. Ahora tenemos electricidad, podemos comprar DVDs y ver la televisión en lugar de leer libros. Los libros son de una generación anterior, las personas más jóvenes en su conjunto no leen libros".
 
Como complemento de la encuesta, Booktrust ha encargado a la Universidad de Sheffield una revisión histórica analizando la relación entre las actitudes hacia la lectura y la escritura y la movilidad social, Attitudes to Reading and Writing and their Links with Social Mobility 1914-2014. An Evidence Review.
 
La revisión abarca el cambio de las concepciones de la alfabetización en el Reino Unido desde 1914 hasta nuestros días; el impacto de la lectura y la escritura en la movilidad social durante este período; las formas en que la enseñanza de la lectura ha cambiado en los últimos cien años; el impacto de los cambios sociales y de las tecnologías digitales en la lectura y la escritura; los estereotipos de género en relación con la lectura y su influencia en la movilidad social; y el impacto positivo de la alfabetización y la lectura en la inclusión social, especialmente entre los inmigrantes.
 
Entre las conclusiones, el informe pone de relieve que leer y escribir son ahora parte de prácticas más amplias de alfabetización que incorporan las tecnologías digitales y que las competencias de lectura y escritura favorecen el éxito educativo y la movilidad social.

Por ello, el informe pone de manifiesto, entre otras cosas, que sigue habiendo una necesidad de iniciativas de educación y de alfabetización de adultos para apoyar a aquellas personas que no han tenido éxito en su etapa escolar. 


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