Las innovaciones tecnológicas aplicadas al sector editorial han fomentado la aparición de más oportunidades y beneficios para aquellos sellos editoriales más pequeños. Alison Colen, habitual colaboradora de The Guardian, presenta en un artículo algunos ejemplos de editoriales infantiles que se gestionan desde domicilios privados y que confirman esta tendencia.
Los libros electrónicos van ganando en popularidad –afirma Colen– y gracias a la flexibilidad de la impresión bajo demanda, que elimina importantes gastos que suponen las grandes tiradas de libros, muchas personas han decido aventurarse a crear pequeños sellos editoriales.
Philip Daunce –explica la periodista– ha trabajado durante años en la edición de libros infantiles. Hace cinco años decidió utilizar sus conocimientos y experiencia para crear un sello editorial infantil desde su casa. En 2012 lanzó Really Decent Books, editó dos títulos en agosto y en octubre se presentó en la Feria del Libro de Frankfurt, donde vendió los derechos de traducción al portugués, italiano, afrikaans y hebreo a distintos clientes que ya conocía de otros encuentros.
Reconoce que los gastaos son inferiores de los que puede tener una empresa grande, por lo que puede ofrecer títulos de gran calidad pero con un gran descuento. En su opinión, entre los factores cruciales de su éxito están los contactos y la confianza que había construido durante sus años en la industria.
En el caso de Claire Harrison, fundadora de la editorial infantil Peggylicious, el marketing y las relaciones públicas han sido claves en su negocio. Cree que uno de los mayores desafíos en una empresa como la suya es determinar el tamaño de la tirada, pero su referencia, explica, es el éxito cosechado con su último libro y gracias a la impresión digital se puede imprimir una cantidad muy pequeña para hacer una primera prueba. El mayor problema al que se enfrenta –comenta Harrison– es el almacenamiento, no dispone de ningún local, por lo que reconoce que tiene cajas distribuidas por toda su casa.
Colen asegura que la competencia en el sector esta creciendo, por lo que una estrategia de marketing es la calve para la supervivencia de cualquier editorial pequeña. El quid de la cuestión no está solo en la impresión, sino en ser un gran conocedor del negocio en línea y asegurarse de que sus libros están disponibles en páginas como Amazon.